Saltar al contenido
Artículos publicados » Tyson vs YO – Ricardo Bulmez

Tyson vs YO – Ricardo Bulmez

A los desubicados

Vamos a suponer que yo quisiera aspirar al Título Mundial de los Pesos Pesados y hoy tomé la decisión de enfrentarme al ex Campeón Mundial en boxeo Mike Tyson. Para esto, abandono todo lo que estoy haciendo y me dedico exclusivamente a esta idea: la Corona.

En al mañana, tarde y noche asisto a un gimnasio y me someto a fuertes y exhaustivos entrenamientos. Hago ejercicios físicos hasta el agotamiento y mis puños se estrellan fuertemente contra el saco lleno de arena y la pera no se ve por la cantidad y la velocidad de mis golpes, salto continuamente la cuerda con emoción como si fuera un adolescente.

Después de dos años de continuos e intensos entrenamientos llegó por fin el gran día. “¡La pelea del siglo!” anunciaban todos los medios de información y todas las cadenas de televisión del mundo estaban presentes. El “Cesar Palace” de las Vegas (U.S.A.) estaba completamente lleno, dos meses se habían agotado las entradas y todos los países estaban a la expectativa pues, un venezolano del barrio “Pantano Arriba” de Coro, estado Falcón, aspiraba a la Corona Mundial de boxeo y se iba a enfrentar a Mike Tyson vestía trusa blanca y yo mi característico short rojo que lo uso hasta para dormir. Se oyeron las notas musicales de ambos himnos nacionales: el de los Estados Unidos de
América del Norte y el de la República de Venezuela de América del Sur.

Los dos púgiles nos colocamos frente a frente en medio del cuadrilátero, nuestras mirados eran incisivas y penetrantes. Tyson me veía fijamente y yo también lo hacía, él creía que con eso me iba a amedrentar, es más, hubo un momento en que no pudo sostener la mirada y eso que físicamente somos desiguales, Tyson mide casi dos metros y yo me acerco a uno sesenta y cinco, _ según mi médico me falta un poquito para completarlos, aunque por mi Cédula de Identidad ya los alcancé. Después de las presentaciones, cada uno se fue a su esquina respectiva para escuchar la campana de
inicio.

¡Suena la campana! Y comienza así el primer “round”, me santigüe. Me di cuenta de que Tyson ni siquiera se persignó, ya por ahí le llevaba una “morena”. Durante los segundos iniciales no hubo ningún golpe efectivo. Los dos estábamos cuidadosos estudiándonos mutuamente, pues yo sabía con quién me estaba enfrentando pero él tampoco ignoraba a quién tenía enfrente, por eso la cuestión no era par irnos a la primera.

En un momento en que Tyson bajó la guardia aproveché la ocasión para conectarle, según las instrucciones de mi esquina, un “jab” de derecha en su mentón descubierto, pero en el instante en que me disponía a hacerlo choqué con su guante izquierdo. No me pegó, yo me encontré con él y en ese momento el tipo se agachó y me mordió una oreja, esto me hizo tambalear y rodé por la lona.

El público súbitamente no habían pasado ni veinte segundos del primer asalto. Perdí la pelea y me sentí muy mal. No, esto no fue un “knock” out pues Tyson no me pegó en ningún momento. Fui yo quien chocó con él, seguramente se metió algún hierro en el guante izquierdo ya que cuando me estrellé contra él sentí algo muy duro y después de ñapa me mordió la oreja derecha.

No acepté el veredicto porque pienso que los jueces se vendieron y eso que uno de ellos era venezolano, Frank Magallanes de Turmero, estado Aragua. Después de esta pelea yo retaba a Tyson a que nos viéramos en la calle y el tipo se reía pero de nerviosismo, no de mí. Reclamé al Consejo Mundial de Boxeo y acusé a Tyson de tramposo, pedí la revancha y me la concedieron.

A los pocos meses me estaba enfrentado nuevamente con Tyson, en el mismo sitio. No había pasado ni cinco segundos del primer “round” cuando recibí un tremendo “punch” en todo mi rostro. Sentí cómo la sangre corría por mi cara y una sensación de dolor y de vacío se apoderó de mí. Al principio oía voces lejanas que gritaban:
“¡Párate!, ¡párate!, ¡levántate!, ¡continúa! ¡Pégale duro!” me decía el público. ¡Qué fácil es decir eso desde las gradas comiendo palomitas de maíz! Inmediatamente todo se nubló y no supe más de mí. Me quedé profundamente dormido. A la semana siguiente desperté en Coro, mi pueblo natal.

– ¿Cómo creen ustedes que yo me sentí después del tremendo fracaso con Tyson?
– Mal, suponemos.
– Claro, muy mal. Después de tantas expectativas, ¡qué papelito del mío! Fui el hazmerreír de todo el mundo, mis ánimos estaban por el suelo.

Ahora bien, ¿por qué me sentí mal?, ¿sería porque el boxeo no era para mí, o porque no me estaba dando? El segundo caso lo descarto porque estuve preparándome continuamente durante dos años. Entonces, ante mi experiencia con Tyson debe concluir que los guantes no son para mí, aunque entrené y me di mucho.
– ¡Tú estás loco! -me podría decir cualquiera.
– ¿Por qué?
– ¿Cómo se te ocurre meterte a boxeador a tu edad?

Para ser boxeador hay que comenzar casi desde la adolescencia. Además, tú no tienes las condiciones físicas para boxear por mucho que te prepares. Convéncete amigo, eso no es para ti. Mientras sigas en el boxeo te sentirás cada vez peor.
– Pero yo me estoy dando.
-… y también te están dando.
La única forma de sentirme bien es diciéndome la verdad: “El boxeo no es para mí”.

No basta darse a algo, ese algo también tiene que ser para ti.

NOTA: Este cuento se publica en EL Candil Pedregalero con la autorización de su autor. Tomado del libro “El Arte Combinar el SI con el NO” de Ricardo Bulmez.

Coro-Estado Falcón-Venezuela

Sábado, 28 de marzo de 2020

UNETE AL CLUB

¡Se parte de El Candil!

Recibe actualizaciones cada domingo

¡No hacemos spam! Lee nuestra [link]política de privacidad[/link] para obtener más información.

UNETE AL CLUB

¡Se parte de El Candil!

Recibe actualizaciones cada domingo

¡No hacemos spam! Lee nuestra [link]política de privacidad[/link] para obtener más información.

Etiquetas:

1 comentario en «Tyson vs YO – Ricardo Bulmez»

  1. Buen mensaje del Padre Bulmez con ese relato…..hay que saber ubicarse, para no ir por la vida actuando fuera de contexto….Gracias al Padre Bulmez por sus enseñanzas….

Tus comentarios son valiosos para nosotros ya que nos permite entrar en comunicación con nuestros lectores

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde EL CANDIL

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo