INSTITUTO LIBERAL – ROBERTO RACHEWSKY – EL CANDIL – AÑO III – N° 153.
Hitler, Mao, Fidel, Stalin, Pol Pot, Arafat, Pinochet, Videla, Franco, Chávez, Maduro, Ortega. A todos los izquierdistas, colectivistas, estatistas que sueñan con transformar el mundo, que piensan que son ingenieros sociales, que se ven a sí mismos como padres de todos, aprendan la siguiente lección de lógica, sociología y filosofía:
Error: Fidel era un asesino, pero soñaba con un mundo más igualitario.
Derecha: Fidel era un asesino porque soñaba con un mundo más igualitario.
Somos desiguales porque la naturaleza nos ha hecho desiguales. No hay igualdad posible entre dos seres humanos. Cuando nacemos ya somos diferentes, nos vemos diferentes, pensamos diferente, logramos resultados diferentes.
Nuestras diferencias terminan cuando morimos y por eso todos aquellos que quieren convertir el mundo en un lugar de seres iguales son todos asesinos. Asesinos de oportunidades, asesinos potenciales, asesinos de la libertad, gracias asesinos de personas.
Fidel no puede entrar en la galería de los soñadores, porque los soñadores sueñan y los hacen soñar. Fidel era un productor de pesadillas; debe entrar en la galería de asesinos, tiranos, genocidas. Su lugar debe estar junto a Hitler, Mao, Stalin, Pol Pot, Arafat, Pinochet, Videla, Franco, Chávez, Maduro, Ortega, todos asesinos soñadores de una igualdad imposible.
Deja de soñar con igualdad de oportunidades, con resultados. Sueña con la igualdad política, la igualdad ante las leyes, el fin de los privilegios que tuvo Fidel y los políticos brasileños tienen como nadie. Sueña con la libertad, respeta las diferencias y las desigualdades. Respeta al individuo.
Una sociedad justa no es aquella que está libre de diferencias, donde todos están obligados a ser tratados y comportarse como si fueran iguales. Una sociedad justa es aquella que es libre de ser lo que somos: seres únicos, respetados por ser diferentes y reconocidos como individuos desiguales.
Entre nosotros, estas personas no sueñan con la igualdad, sueñan con su propio enriquecimiento a través del ejercicio del poder absoluto. La igualdad es un mero pretexto y la igualdad en la miseria es la consecuencia inevitable.
NOTA DEL EDITOR: El INSTITUTO LIBERAL, con sede en Brasil, autoriza la publicación de sus contenidos en el semanario El Candil.
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