Saltar al contenido
Artículos publicados » Rómulo Betancourt: un líder que nació para hacer historia (Parte 1)

Rómulo Betancourt: un líder que nació para hacer historia (Parte 1)

DE HISTORIA Y ALGO MAS – MIRELA QUERO DE TRINCA – EL CANDIL PEDREGALERO – AÑO II – N° 101 .-

Los años iniciales. El primer exilio:

¿Quién dijo que sólo en las grandes ciudades nacen los líderes? Si alguien alguna vez lo dijo o lo pensó, entonces se equivocó. En 1908, un niño nacido el 22 de febrero en el para entonces, pueblo de Guatire, le dio un vuelco definitivo a la historia de Venezuela. Ese día y ese año, nació Rómulo, único hijo varón del matrimonio de la guatireña Virginia Bello y un inmigrante español, Luis Betancourt, venido de las Islas Canarias.

En la familia Betancourt Bello se cultivaba la lectura y se apreciaban los estudios, por eso al terminar la educación primaria que el Guatire de entonces podía ofrecer al excelente alumno que era Rómulo, la familia se trasladó a Caracas, donde don Luis se empleó como contabilista en la firma comercial Delgado & Compañía y el niño Rómulo fue inscrito en el Liceo de Caracas, dirigido por el ya conocido escritor Rómulo Gallegos.

En esa prestigiosa casa de estudios, aproximadamente desde 1920 hasta 1925, el adolescente Rómulo tuvo como profesor al respetado maestro Rómulo Gallegos (1884-1969) quien, para entonces, finalizando su treintena de edad, ya exhibía una larga experiencia intelectual como escritor de cuentos, obras de teatro, redactor y articulista de revista y tenía dos novelas ya publicadas: El Último Solar (1920) y La Trepadora (1925).

En el Liceo de Caracas, Rómulo compartió aulas con un grupo de jóvenes que llegarían a ser importantes representantes de la política y la literatura venezolana, tales como, Raúl Leoni, Jóvito Villalba, Miguel Otero Silva, Luis Villalba, Armando Zuloaga Blanco, Felipe Massiani, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Isaac J. Pardo, Ramón Rojas Guardia, Vicente Lecuna, Alberto Arvelo Torrealba y Miguel Acosta Saignes. Muchos de ellos, concluida la secundaria, le acompañarán en la Universidad y formarán parte de lo que después se conoció como la Generación del 28.

En 1926 el joven Rómulo entraba en la ilustre Universidad Central de Venezuela, donde se inscribió en Ciencias Políticas y en el curso de Diplomacia, finalizando su primer año de carrera universitaria con excelentes calificaciones.

En 1928, cuando cursaba su segundo año universitario ocurrieron los hechos que cambiaron su rumbo vital. Los actos de la Semana del Estudiante, en la que el domingo 12 de febrero le correspondió hacer el discurso de clausura, provocó la detención dos días después, de los cuatro universitarios cabecillas de dicha celebración: Pío Tamayo, Rómulo Betancourt, Guillermo Prince Lara y Jóvito Villalba; provocando la solidaria entrega voluntaria a las autoridades policiales de más de 200 estudiantes. La adormecida sociedad venezolana, reconoció la insólita y valiente actitud estudiantil y les apoyó con huelgas espontáneas de los empleados de farmacias y casas de comercio y aplaudió el paso de los autobuses que conducían a los estudiantes detenidos al Castillo Libertador de Puerto Cabello.

Luego de casi tres semanas detenidos la mayoría de los estudiantes fueron liberados el 5 de marzo, pero al quedar en libertad, el joven Rómulo participó en una conspiración militar, El Cuartelazo, liderada por el capitán Rafael Alvarado y el sub-teniente Rafael Antonio Barrios que con apoyo estudiantil estalló el 7 de abril de ese año 1928.  El presidente general Juan Vicente Gómez, ordenó detener a los insurrectos, razón por la que Betancourt, de veinte años de edad, abordó el vapor “Táchira” y huyó hacia Curazao.

Es este el comienzo de su primer exilio que durará siete años en tierras centroamericanas y del Caribe, hasta que desde 1931 se asienta definitivamente en la democrática Costa Rica, país donde se casa con la maestra Carmen Valverde y donde nace su única hija Virginia.

Este primer exilio es una etapa importante en su formación política, ya que, mediante el estudio y la práctica, profundizó su conocimiento de la historia de Venezuela y transitó diversas corrientes del pensamiento. En su búsqueda de definición ideológica Rómulo se acercó a los viejos caudillos venezolanos exiliados, tuvo una corta y frustrada participación en la malograda invasión del “Falke”, compartió ideas con el Aprismo y finalmente militó varios años en el Partido Comunista de Costa Rica, siendo autor de varios editoriales de su órgano de prensa, el semanario Trabajo

En Barranquilla, participó en la fundación de la Alianza Unionista de la Gran Colombia y con sus compañeros de ideales, los exiliados Raúl Leoni, Ricardo Montilla y Valmore Rodríguez, fundó un grupo de estudios de la realidad venezolana, la Alianza Revolucionaria de Izquierdas (ARDI); y redactó el célebre Plan de Barranquilla.

Simultáneamente, desde el mismo momento de su salida al destierro, Betancourt combinó dichas actividades con el estudio, investigación y escritura de un libro sobre el petróleo en Venezuela y con una intensa campaña de denuncia del régimen dictatorial venezolano; mantuvo correspondencia con diversos líderes americanos; publicó varios artículos explicando los sucesos venezolanos en diversos órganos de prensa como Repertorio Americano, de Costa Rica y La Novela Semanal, de Barranquilla; y publicó tres folletos: “Dos meses en las cárceles de Gómez”,  “En las Huellas de la Pezuña” escrito con Miguel Otero Silva y “Con quien estamos y contra quien estamos”.

Para Betancourt el problema venezolano no era sólo político sino también socioeconómico, pensaba que no sólo era culpable Gómez sino la base social, económica y militar que lo sustentaba, es decir: a) la burguesía imperialista internacional y su aliada nativa de latifundistas, comercio e industria; y b) el caudillaje militar.

Todas estas experiencias, le permitieron diferenciar entre la ideología y la realidad, conocimiento que le llevó a descartar el comunismo como una opción para Venezuela y le convencieron de la necesidad de crear un movimiento propio, un partido político que aplicaría los preceptos ya esbozados por él y algunos de sus compatriotas desde 1931 en el Plan de Barranquilla.

La oportunidad se presentó a partir del 17 de diciembre de 1935 cuando se anunció la muerte del dictador, general Juan Vicente Gómez, evento que señaló el retorno al país de todos los exiliados. Betancourt regresó en febrero de 1936 y desde entonces se dedicó a participar en la activa vida política que comenzaba, a través del Movimiento de Organización Venezolana (ORVE) y la fundación de sindicatos; intervino en la protesta contra la Ley de Orden Público o Ley Lara y participó en la huelga general de junio por lo que tuvo que pagar quince días de cárcel del 3 al 18 de julio de 1936, en la cárcel de El Obispo, en Caracas.

La nueva Constitución Nacional sancionada el 16 de julio por el presidente, general Eleazar López Contreras, conservaba el Inciso 6º asentado en las constituciones de 1928, 1929 y 1931, en las que se prohibía la doctrina comunista; a pesar de ello a finales de octubre varios grupos políticos y ORVE se unieron para formar un partido único de izquierdas el Partido Democrático Nacional (PDN), de existencia clandestina ya que le fue negada la legalización.

Betancourt se dedicó a recorrer el país, para sumar adeptos al PDN y a la formación de sindicatos, experiencia de mucha utilidad ya que le permitió conocer directamente los problemas del país y a la gente venezolana. En diciembre participó en la Gran huelga Petrolera que se extendió hasta enero del año siguiente, 1937, cuando el presidente López Contreras decretó su finalización.

Al mes siguiente, en febrero de 1937, fue revocado el permiso de funcionamiento de los partidos que integraban el PDN; y en marzo el presidente López Contreras aplicando el Inciso 6º de la Constitución firmó el “Decreto de Expulsión” por un año, de varios dirigentes políticos acusados de comunistas, expulsando a algunos a México en el barco francés Flandre. Betancourt, también estaba en la lista de expulsados, pero logró mantenerse escondido durante dos años y medio, en los que dirigió el clandestino PDN y diariamente escribió la columna “Economía y Finanzas”, en el diario Ahora, en la que trataba diversos problemas, tanto nacionales como de la actualidad mundial y sus posibles soluciones.

Además de las dificultades inherentes a su existencia clandestina, en el PDN, partido único de las izquierdas, existían dos corrientes en pugna: una de izquierda nacionalista liderada por Betancourt; y otra encabezada por Juan Bautista Fuenmayor, quien insistía en formar un Partido Comunista clandestino. El inevitable deslinde de posiciones, comenzado desde 1938 desembocó en ruptura definitiva en septiembre de 1939. Entonces, uno de los grupos que integraban el PDN, el Partido Republicano Progresista (PRP) se transformó en el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y la corriente betancourista conservó el nombre del PDN.

Desde la clandestinidad, Betancourt dedicó sus esfuerzos a reestructurar este segundo Partido Democrático Nacional (PDN) pero fue apresado el 20 de octubre de 1939 y detenido en la Comandancia de Policía, que ocupaba el sitio donde antes había estado ubicada la cárcel gomecista de “El Rastrillo”.

El 8 de noviembre de 1939, en cumplimiento del Decreto de Expulsión, Betancourt fue embarcado en el vapor “Orazio”, barco que le llevó al puerto de Valparaíso en Chile.

Comenzaba así su segundo exilio.

Monterrey, Estado de Nuevo León, México.

UNETE AL CLUB

¡Se parte de El Candil!

Recibe actualizaciones cada domingo

¡No hacemos spam! Lee nuestra [link]política de privacidad[/link] para obtener más información.

UNETE AL CLUB

¡Se parte de El Candil!

Recibe actualizaciones cada domingo

¡No hacemos spam! Lee nuestra [link]política de privacidad[/link] para obtener más información.

Tus comentarios son valiosos para nosotros ya que nos permite entrar en comunicación con nuestros lectores

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde EL CANDIL

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo