FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO IV – N° 171

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Fuerzas antagónicas se anulan

El comunismo es un sistema totalitario, por tanto, no es compatible con el modelo democrático, y mucho menos con el modelo político republicano. Así que, nos resulta incomprensible como es que en todos los países al sur de América se permita a dos fuerzas antagónicas ser opción de gobierno en un mismo espacio geopolítico.

En toda América, con excepción de EE. UU., compiten por el poder una corriente que dice llamarse “derecha” (representada por muchos partidos políticos), y otra corriente que representa a la “izquierda”, es decir, a los comunistas (representada por otro montón de partidos políticos).

Esa dicotomía no está presente en una verdadera republica liberal, pero debido a que en América latina no existe tal cosa (República liberal), entonces esas aberraciones ilógicas y contradictorias existen, y por eso se anulan entre sí, produciendo un estira y encoje que les impide avanzar.

Para una república liberal, es inaceptable que la ideología comunista sea opción de gobierno, ya que, estos al obtener el gobierno, inmediatamente iniciarán la aniquilación de la libertad y la propiedad privada, para sustituirlos por el colectivismo.

Muy importante que la población entienda claramente que el comunismo como ideología, representa un sistema económico, social y político completamente opuesto al modelo económico de mercado, mejor conocido como “capitalista”, y es enemigo del sistema de libertades que ofrecen las democracias, las repúblicas y el liberalismo.

Por tanto, si en un mismo espacio o territorio se permite que coexistan dos concepciones opuestas de organización de la sociedad, el resultado se verá significativamente disminuido, y en consecuencia, el país se estancará, quedando incapacitado para satisfacer las necesidades crecientes de la población, dando origen a la aparición de pobreza y miseria. Por eso se debe prohibir el comunismo.

Partidos políticos de tendencia liberal

Para que los países puedan alcanzar niveles de desarrollo importante, es necesario que todos sus integrantes remen en el mismo sentido, esto les facilita alcanzar objetivos y metas de superación en lo económico y social.

Un comunista dirá que el colectivismo hace eso, pero el problema del colectivismo radica en que los medios de producción pertenecen al régimen dictatorial con planificación centralizada, y eso es precisamente el mayor desestimulo a la producción y perdida de libertades.

Esto conduce a la siguiente conclusión: en una república es indispensable que los partidos políticos sean de la misma corriente económica, política y social.

Este ambiente de unidad de propósito brinda las condiciones propicias para una mayor cohesión de los ciudadanos en torno a valores como el sentido de pertenencia.

La mayor unión posible se logra con un gobierno de partido único, pero como eso no es permitido en una democracia, o en una república liberal, entonces la combinación óptima será dos opciones de gobierno de la misma corriente o filosofía económica, política y social, representados en dos partidos políticos.  

Mas de dos partidos políticos es dividir. Dos partidos políticos pueden alcanzar mayorías simple con más del 50%, pero con más de dos opciones, gobernarán las minorías. ¿Ya entiendes por qué resulta más fácil a los comunistas alcanzar el poder en un país donde hay cientos de partidos políticos? Si solo hay dos opciones, ellos crearan una tercera, cuarta y cuantas más, mejor. Así fue en Venezuela, Chile, Colombia, México.

El fracaso del Gran Viraje 

En Venezuela nunca hemos tenido una república, y mucho menos experimentado el liberalismo económico. Igual en toda América del sur. Se ha explicado en artículos anteriores. Lo que hemos tenido son sistemas socialistas disfrazado de democracia.

Los partidos políticos dominantes en Venezuela han sido de izquierda, aunque se llamen de derecha. Casi todos están inscritos en la Internacional Socialista; otros se llaman socialdemócratas, otros de centro izquierda. Salvo intentos efímeros de la corriente Desarrollista cuyo líder fue el banquero Pedro Tinoco, otro intento del empresario Alejandro Hernández, Renny Ottolina, “Nuevo Orden” con orígenes en el estado Zulia, y Enrique Salas Römer; todos en contracorriente, con los resultados ya conocidos.   

Una causa del fracaso del “Gran Viraje”- intento fallido de Carlos Andrés Pérez por corregir los entuertos del pasado- lo fue, desde mi perspectiva, el hecho de que se realizaron ajustes al modelo económico, dejando intactas las “estructuras” socialistas. Es decir, se implementaron medidas económicas que funcionan bien dentro de una república liberal. Es como tratar de insertar una pieza de rompecabezas que no encaja, y al hacerlo por la fuerza, se desbarata lo que ya estaba unido. Esto desencadenó una crisis política y social que termino en estallido social. Un claro ejemplo de la anulación de esfuerzos en un entorno donde coexisten socialistas con republicanos, capitalistas con colectivistas.    

Entonces, ¿Qué hacer?

Crear una cultura republicana y liberal. Lo primero es prohibir el comunismo, luego educar a la población con valores y principios del republicanismo y del liberalismo. Eliminar la política de los liceos y universidades (Eliminar los centros de estudiantes), despolitizar todos los organismos gubernamentales y promover la meritocracia. Eliminar la CTV y los sindicatos. Despolitizar las policías, el poder judicial y las FF.AA. Descentralizar el poder. Permitir solo dos partidos políticos de filosofía liberal y republicana. Que el estado no intervenga como actor económico y jubilar a todos los políticos actuales, ya que todos son los mismos que crearon este arroz con mango.

No podemos permitir que ni la vieja izquierda, ni la actual, se apoderen nuevamente del país.

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