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Prohibido el poder y el beneficio personal

  • por

ÁLVARO RAMÍREZ – EL CANDIL – AÑO – IV – N° 200.-

Nuevamente la semana se ha presentado interesante, esta vez desde el punto de vista del movimiento de los mercados, instituciones financieras, organismos internacionales, estados, y  conglomerados económicos, tomando acciones en algunos casos aparentemente contradictorias,  para adaptarse y mantenerse sostenibles, en el mundo resultante del choque entre la tendencia acelerada hacia la globalización plena y el frenazo económico de la pandemia, que convirtió un riesgo, cada vez menos tenido en cuenta, en una realidad paralizante que se nos plantó en frente.

Nuevo aumento de las tasas de interés. Tendencia inercial de la demanda que hace permanecer muy baja la tasa de desempleo. Necesidad urgente de disminuir la dependencia global de algunos insumos y capacidad de procesamiento de materias primas.  De adecuaciones e infraestructura costosa para lograr mantener porciones de mercado, vitales.  Necesidad de acciones aceleradas para rescatar el turismo. (Una noticia hablaba de la posibilidad de regalar pasajes aéreos para visitar algunos sitios) Reubicación y despidos masivos de empresas tecnológicas y de servicios a nivel mundial.

Todos los anteriores han sido eventos asociados a titulares de las últimas semanas. 

Todos los habitantes del mundo de una u otra forma estamos siendo impactados por la incertidumbre del futuro cercano, que reflejan los eventos descritos. Todos: Quien se come un pan y debe pagar la invasión de Ucrania por los granos y el precio de los huevos, o quien quiere comprar un carro nuevo para trabajar o simplemente movilizarse y no está disponible, o el de quien debe esperar y hacer cita para semanas después en el restaurant de moda porque no hay quien atienda las mesas. O quienes requieren medicamentos y no los hay disponibles. También el representante que va a Davos a convencer a los demás mandatarios que todos los países son iguales, pero que es necesario para impulsar el suyo que los demás paren el crecimiento, y es sujeto de memes. También el mandatario que cree que su país puede ser “Potencia mundial independiente y soberana” sin depender de capitales de otros “imperios” y trata de evadir algunos compromisos y termina pagando la clasificación crediticia que le establece el mundo de negocios, basado en resultados.   

El mundo de los “poderosos” está tratando de reponerse, diría alguien que, con mucho deseo progresista, todavía puede intentar transmitir a otros que lo escuchen, que ese “mundo de los poderosos” es otro, diferente al nuestro. Que debemos aceptar que el nuestro es el mundo de quienes, aunque siendo más valientes e informados que el primer mundo, no podemos hacer algo diferente a practicar la “RESIGNOCRACIA” porque no estamos capacitados para hacer nada sin un caudillo.  Ni siquiera votar bien. Lo único que podemos hacer es “pedir” a alguien” y delegar en él, y aquellos a quienes él escoja, la responsabilidad de salvarnos, aunque para lograrlo debamos dedicarnos a destruir lo que hasta ahora hemos hecho con gran esfuerzo. Escogerlo y luego “pedirle su gracia como jefe”.  Es de lo que convencen a precarias mayorías.  Toda Suramérica es ejemplo de ese carrusel de altibajos en que están montados sus pueblos y sus sistemas de gobierno.

Sin embargo, hay sociedades, lo mismo que empresas, que se mantienen menos impactadas que otras. También hay comunidades o empresas que han capitalizado oportunidades que se han presentado con los súbitos cambios presentados.

¿Cuál es la diferencia, por lo menos entre empresas? ¿Qué pudiera pensarse como características detrás de las empresas menos afectadas y que han capitalizado oportunidades?

Sin duda, capacidad de adaptación.  ¿Qué significa para una empresa u organización esta expresión?  Capacidad de detección oportuna de riesgos y señales de cambio. Capacidad de análisis del impacto potencial. Conocimiento técnico sólido, de los procesos envueltos en la actividad central y sus elementos colaterales. Recursos dedicados a la innovación e implantación adecuada de cambios.

Todo lo anterior se resume en, utilización del conocimiento y la capacidad que genera. Darle el espacio adecuado al PODER del conocimiento, como capacidad para hacer algo y no al PODER del nombramiento de alguien, aunque no tenga capacidad.

En el mundo empresarial, en los centros de decisión, en sus juntas directivas, es claro que la salud de la empresa y con ella de todos sus relacionados, empleados, asociados, clientes, colaboradores y accionistas, depende de que las cosas se hagan bien. Que las decisiones estén basadas en el conocimiento de aquello que se analiza, de los procesos, del rol de cada grupo y especialidad involucrado y no de la voluntad del “jefe”. Las empresas con jefe difícilmente son sustentables en el tiempo. Las empresas con “gobierno corporativo” tienen mayores probabilidades. Esa por cierto es la diferencia en la evolución de las empresas familiares. Las que dependen indefinidamente de un jefe vs. las que crean mecanismos de balance y gobierno corporativo, más allá de lo emocional del “jefe”.

¿Quién crea las normas para el funcionamiento de una empresa? ¿Un jefe y su visceralidad? O mecanismos de gobierno que se apoyan en el poder que da el conocimiento que aportan a la deliberación, todos los implicados en el éxito, desde proveedores hasta accionistas, pasando por clientes y colaboradores.

Un país es la empresa más importante para la sociedad que lo compone y de la cual todos son sus accionistas. En nuestros países, aspirantes a desarrollarse, ¿cómo se toman las decisiones? En principio se parte de la declaración en todos ellos, que funciona una democracia y como tal, la mayoría define las acciones que sean más convenientes para todos. Factor clave es el presupuesto de “funcionamiento e inversión” y la forma en que se define y administra ese presupuesto. La democracia contempla para su funcionamiento, diferentes instituciones que deben mantener el equilibrio y evitar, la dependencia de un jefe o caudillo, con sus decisiones viscerales. En su lugar, como en las empresas, las instituciones y las leyes y decretos conforman el “gobierno corporativo”, responsable por la sostenibilidad, consolidación y crecimiento de la sociedad.

Las empresas con su gobierno corporativo están cada vez más claras y lo demuestran en su actuación, que la sostenibilidad viene dada porque en sus relaciones tanto con sus accionistas como con sus colaboradores y clientes se dé algo muy sencillo de entender: “que sea negocio para todos”. Si el negocio no es sostenible, para todos los actores, es decir, si cada uno no obtiene su “beneficio personal” asociado al éxito, no hay futuro.

Una diferencia significativa entre las empresas sostenibles y los estados, a mi modo de ver, es que las normas decretos y leyes de nuestros países se manejan tratando de interpretar cuales son las necesidades de todos, para calcular cual es el recaudo que se debe imponer a la sociedad para intentar distribuirlo equitativamente y luego vigilar esa distribución.

Guardando las proporciones, es como si en las empresas para fijar los ingresos de sus colaboradores, se calculara sus necesidades básicas y no su conocimiento y capacidad de contribuir con los resultados.

La fijación de leyes decretos y normas en nuestros países está dejando de lado la utilización del conocimiento para ser más productivos y que cada uno satisfaga sus necesidades y deseos (su beneficio personal) con la aplicación de su Poder (capacidad de hacer algo) y en su lugar se han dedicado a analizar las necesidades básicas de sus ciudadanos para tratar de cubrírselas.

El compartir el conocimiento y utilizarlo honesta e inteligentemente es indispensables para desarrollar cualquier actividad de equipo, que comparte un objetivo.  Ese equipo puede ser una empresa un país o una familia.

Difícilmente se logrará el objetivo del desarrollo si no se aplica el conocimiento para ayudar a ser más productivas a nuestras sociedades y sus emprendimientos.

Revisemos cómo se elaboran las leyes, normas y decretos o uso y costumbre para proyectar las probabilidades de éxito en nuestros objetivos.

Sera nuestro país sostenible con el esquema de legislación actual? ¿Está basado este esquema en el uso más eficiente posible de los conocimientos e información? ¿Cuáles son los mecanismos que se utilizan para nutrir el análisis que se debe hacer antes de emitir cualquier norma? Solo la discusión política, la prueba de fuerzas, ¿la plaza pública o la manipulación y negociación de mayorías y posiciones en la red de empleos públicos? O por el contrario la publicación masiva a la población de resultados, indicadores, historia, pruebas fallidas y experiencias.

¿Cuál es la participación y aporte de la academia, las asociaciones profesionales, los empresarios, las asociaciones de consumidores, los inversionistas, en los análisis y discusión de las leyes y decretos? No deberíamos pretender como estados, discutir y trazar el futuro de un país, afectando su salud, infraestructura, educación y economía, sin hacerlo guiado por los especialistas, conocedores y actores principales de cada área.

¿Habrá llegado la hora de que se incorporen de verdad?

Alguien decía, que la política es tan importante para el futuro de cualquier sociedad, que no puede dejarse en manos solamente de políticos de profesión. 

¿Deben seguir siendo nuestros parlamentos eminentemente políticos, para aprobar leyes que regulan aspectos técnicos, sometidas por ministros seleccionados por acuerdos políticos y distribución presupuestaria, para un país que necesita producir cada vez más y lograr igualarse a otros y enmarcarse en el panorama internacional por su poder de administrarse como un negocio sostenible para sus habitantes?  Por este camino pronto llegaremos a someter a votación popular, o citación en las calles, o número de “likes”, la decisión sobre la tasa de interés a aplicar en las inversiones de capital, o la selección del origen de los equipos de las refinerías, o la duración de la carrera para graduarse de médico comunitario, o el monto conveniente de las reservas internacionales, o el mejor trazado para una carretera, o si el metro debe ser elevado o subterráneo. . ¿O… ya está sucediendo?

La enfermedad parece contagiosa y ya va alcanzando también a los países desarrollados. En uno de ellos se convirtió en tema político, la utilización o no, de la máscara como protección contra el ataque del virus. Nuestros descendientes nos coronarán como los mayores DEMOCRATAS, mientras ellos se gradúan de RESIGNOCRATAS, en las calles del mundo.



     

Álvaro Ramírez
Álvaro Ramírez

Ingeniero Industrial con entrenamiento en USA, England, Holland, UCLA, Penn State y Michigan.  Gerente de logística de bienes y servicios operaciones y proyectos en Shell de Venezuela, Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), Petroquímica de Venezuela, S.A. (PEQUIVEN), BARIVEN, y Canadian Oíl Company de Colombia. SEO PROCURAMOS, proyectos, consultoría y asesoramiento internacional.   

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