CAMINANTE NO HAY CAMINO – FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO III – N° 149.

Antecedentes.

Después de la rendición de la Alemania Nazi en mayo de 1945 y al término de la segunda guerra mundial, los servicios de inteligencia de los países aliados, sobre todo los de Estados Unidos e Inglaterra, advertían a sus gobiernos sobre una nueva amenaza: la expansión ideológica comunista. 

Los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Inglaterra venían detectando desde hacía mucho tiempo atrás a espías rusos, alertando a sus gobiernos sobre esta situación. Pero ahora que los rusos habían derrotado a Hitler, aprovecharían esta circunstancia para ejecutar su plan de expansión del comunismo a nivel mundial, y Europa y América latina serían su objetivo estratégico.

Comenzaba así una nueva guerra. El plan consistió en atacar a occidente por la vía la de la penetración ideológica marxista, y por la vía violenta. Así la KGB dio respaldo económico, logístico y militar a las guerrillas, y a la creación de Partidos Políticos Comunistas donde les fuera posible.

Así tendrían dos frentes, uno insurreccional y otro institucional. Los estudiantes, desde la secundaria hasta la universitaria seria la caja de resonancia más fuerte, y donde más adeptos conseguirían.

Rómulo Betancourt, el padre de la democracia venezolana fue comunista. Por esa razón fue expulsado de Venezuela en tiempos de Juan Vicente Gómez, a partir del año 1928, cuando era estudiante de Derecho. El Dictador Juan Vicente Gómez, combatió la amenaza comunista, los persiguió y los expulso de Venezuela.  

En el exilio, Rómulo fue vanguardia comunista, fundo organizaciones y partidos comunistas, anticapitalistas, antiliberales y anti republicanos. Desde el exilio conspiro junto con el militar comunista Delgado Chalbaud para tumbar al presidente Isaías Medina Angarita, redactar una nueva constitución populista (socialismo encubierto) y realizar elecciones donde resultaría ganador el escritor Rómulo Gallegos, quien sería derrocado por el General Marcos Pérez Jiménez en el año 1948, como una forma de detener el avance de la ideología comunista en Venezuela que cundía por esos años sobre toda América Latina.

En el libro “El pasajero de Truman” del escritor Francisco Suniaga, se relata la historia contada por Ramón J. Velásquez, quien fuera secretario privado de Diógenes Escalante, en la cual se afirma que la política adoptada por el departamento de estado norteamericano desde principios de los años 40 era impedir el ascenso de gobiernos comunistas en América latina. Esta política seria oficializada a partir de 1947 por el presidente norteamericano Harry Truman.

A continuación, la traducción de un documento publicado en Wikipedia sobre la Doctrina Truman: “La Doctrina Truman es una política exterior estadounidense que se originó con el objetivo principal de contener la expansión geopolítica soviética durante la Guerra Fría. Fue anunciado al Congreso por el presidente Harry S. Truman el 12 de marzo de 1947 y se desarrolló aún más el 4 de julio de 1948, cuando se comprometió a contener los levantamientos comunistas en Grecia y Turquía. La fuerza militar estadounidense directa generalmente no estuvo involucrada, pero el Congreso asignó ayuda financiera para apoyar las economías y los ejércitos de Grecia y Turquía. De manera más general, la Doctrina Truman implicaba el apoyo estadounidense a otras naciones que se pensaba que estaban amenazadas por el comunismo soviético. La Doctrina Truman se convirtió en la base de la política exterior estadounidense y condujo, en 1949, a la formación de la OTAN, una alianza militar que aún existe. Los historiadores a menudo usan el discurso de Truman para fechar el comienzo de la Guerra Fría.”

Sobre América latina vendría una era de dictaduras militares de derecha con el fin de detener el avance comunista. El General Marcos Pérez Jiménez fue la respuesta de la Doctrina Truman a este problema en Venezuela. Los perseguidos políticos fueron todos comunistas. Es decir, el comunismo ha sido desde siempre, la causa raíz del deterioro de las libertades y el progreso.  

Tras la huida de Marcos Pérez Jiménez en 1958, los comunistas exiliados regresan a Venezuela, entre ellos Rómulo Betancourt y toda una corte de seguidores, todos comunistas, como Luis Beltrán Prieto Figueroa, entre muchos otros. Pérez Jiménez no pudo establecer las bases para un sistema económico y político liberal republicano.

La historia que nos han contado los adecos sobre estos hechos ha sido filtrada y solo nos han dicho lo que ha convenido a sus intereses, desde luego, para construir una imagen de demócratas a unas figuras que en verdad lo que implantaron en Venezuela a partir de 1958 fue la ruta al comunismo.

La ruta del comunismo en Venezuela

El populismo en Venezuela se inicia a partir de 1958 y este logro se lo debemos a Rómulo Betancourt. Ellos lo llamaron Democracia. Eliminaron la elección presidencial de segundo grado porque con ese método jamás los comunistas podrían alcanzar el poder por la vía electoral, y en su lugar establecieron el voto universal, directo y secreto.

Eliminaron o modificaron toda ley que oliera a liberalismo, y en su lugar crearon una estructura institucional al mejor estilo comunista. Poder centralizado, estado paternalista, propietario de la tierra, del subsuelo y medios de producción. Etc, Etc.

La configuración de las ciudades fue alterada por completo. El urbanismo fue desfigurado en su totalidad con nuevas ordenanzas municipales. La política migratoria selectiva realizada durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez fue arrasada y ahora las fronteras venezolanas quedaban abiertas.

El país todo fue objeto de una invasión silenciosa, sobre todo desde Colombia. Colombia exporto gran parte de su pobreza crítica a nuestro país, y grandes cinturones de miseria brotaban día a día en Maracaibo, Valencia y Caracas. Los cerros caraqueños son un ejemplo de esa política socialista.

El partido político que ejercía el poder promovía invasiones de terrenos en épocas electorales. Así los hijos de los indocumentados, que son venezolanos por nacimiento, podrían tener un terreno donde construir su “rancho”, y para ello, el mismo partido político repartía los materiales.

Mientras tanto, el gobierno populista permitía el robo de la electricidad, del agua y otros servicios. Posteriormente, en la siguiente campaña electoral se ofrecían “programas de consolidación de barrios”, en el cual se otorgaban títulos de propiedad, se instalaban líneas eléctricas, se construían sistemas de aguas blancas y aguas negras, se construían escuelas y dispensarios médico. Todo esto de forma gratuita, sin cumplir programas de urbanismo, sin cumplir normas ambientales ni planificación urbana.

Este proceso de construir ciudades en la era populista socialista fue todo un caos, donde se observa por todas partes el subdesarrollo mental y político de una sociedad.      

En la ciudad de Maracaibo se pueden distinguir claramente la etapa colonial, la etapa hasta 1958 y la etapa populista, desde el punto de vista urbanístico. La etapa populista se destaca por el surgimiento   de los cinturones de miseria.

Estos cinturones de miseria lo integran en su totalidad migrantes colombianos a quienes los gobiernos democráticos les permitió ocupar terrenos sin ningún tipo de servicios públicos, ni sanitarios, ni escuelas ni de salud. Lo mismo ocurrió en Caracas, Valencia, en Oriente y Guayana.

La renta petrolera administrada por comunistas, desde 1958 hasta hoy, ha sido el derroche de riqueza mas grande que haya conocido la humanidad.  

Venezuela es un ejemplo para demostrar el fracaso del populismo, de ese modelo de democracia, de ese arroz con mango creado por las mentes socialistas. El modelo “democrático” populista fundado en 1958 fue una fábrica de miseria.

Lo peor de todo eso es que las mentes brillantes de los docentes comunistas de las universidades públicas le echaban la culpa al capitalismo y al imperio del norte.

No mas populismo y socialismo. República y liberalismo para la nueva Venezuela.

Naples – Fl – EEUU