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Perdonando

NERVIS NAVA – EL CANDIL – AÑO IV – N° 197.-

El perdón es un proceso de renunciar a lo falso para lograr lo verdadero; borrando de la mente y el cuerpo nuestros errores; y esto está estrechamente relacionado con el arrepentimiento, que es dejar de creer en lo que llaman pecado para creer en Dios y su bondad, en las leyes que rigen la vida;   ya que  el perdón verdadero sólo es establecido por medio de la renovación de la mente y el cuerpo con pensamientos, palabras y actitudes positivas comprendiendo que “Perdonar” no es algo tan sencillo, que resulta ser  una tarea algo complicada; y que podemos realizar con asumir el control mental y emocional para ello.


“Solamente aquellos espíritus verdaderamente valerosos saben la manera de perdonar. Un ser vil no perdona nunca porque no está en su naturaleza”

Laurence Sterne

PERDONAR TODO. Perdonar a todas las personas nos incluye a nosotros; también debemos perdonarnos a nosotros mismos. Tratar las actitudes y palabras ajenas como una transgresión mental, en vez de considerarlo como un defecto moral, o una agresión personal, negando en pensamiento cualquier tendencia a la manera errónea y mantener una actitud firme enfocada hacia nuestro bienestar emocional y espiritual, es separarnos de la “conciencia acusadora”. Quienes han resuelto “no agredir” a los demás no tienen nada en común con mantener un sentimiento de culpa, que solo daña a quien lo carga.

PERDONAR DEUDAS. Se tiene el pensamiento de que alguna persona, bien por su actitud o hechos, nos debe algo, y ello nos va cargando de dolor y resentimiento en contra de ella, sin embargo, si conocemos las “Leyes que rigen el Universo” podemos comprender y darnos cuenta que nadie nos debe nada, que son nuestras actitudes y comportamientos lo que nos genera ese malestar, ya que existe una ley que dice que “Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa”,  de tal manera que cualquier dolor que permanece en nosotros es nuestra forma de ver las cosas, y muy probablemente la otra persona ni está consciente, es por ello que se debe  revisar la lista de nuestras incomodidades y perdonar el pensamiento de deuda que hemos adherido a cada persona, permitirnos cancelar esos asuntos, y liberarnos de toda negatividad.


“Perdonar es no tener demasiado en cuenta las limitaciones y defectos del otro, no tomarlas demasiado en serio, sino, quitarles importancia, con buen humor, diciendo: ¡sé que tú no eres así!”

Robert Spaemann

El perdón es un proceso continuo que Implica renunciar a los pensamientos negativos y de venganza. No obstante, perdonar a alguien lleva tiempo, así que no esperemos que suceda de la noche a la mañana. Sí, lleva tiempo, es posible que deba procesar lo ocurrido y olvidarlo, perdonar. Una vez que lo hagas, el perdón traerá curación y paz interior. El perdón es la parte más difícil. Es mucho más fácil lastimar a otra persona. Pero debemos soltar y confiar, porque aferrarse a las heridas solo conduce a la angustia, y a los malos momentos.

Se debe liberar la mente de la carga antes de que la deuda pueda ser pagada. Muchas personas han encontrado que la frase “No debo nada a ningún ser humano sino amor” las ha ayudado grandemente a contrarrestar este sentimiento de deuda. A medida que utilizaron las palabras sus mentes se abrieron a un fluir de la ley divina del perdón en pensamiento, palabra y acción. Estas palabras edifican una conciencia tan fuerte del poder enriquecedor y sanador que nos permite vivir y trabajar pacífica y prósperamente, renovados constantemente en salud, fe e integridad.

Amor. Nuestros pensamientos deben ser dignos de un ser elevado en conciencia y de Dios todo el tiempo. Los pensamientos que más frecuentemente nos perjudican y perjudican a nuestros semejantes son los pensamientos de crítica y condenación; es por ello que se debe llenar la mente con pensamientos de amor, justicia, paz y perdón.   Esto no solamente pagará nuestras deudas de amor, que son las únicas deudas que tenemos realmente. Luego podemos ver rápida, fácil y naturalmente como todas las demás deudas serán pagadas y todas las faltas de armonía de la mente, el cuerpo y los asuntos se armonizarán al mismo tiempo.

Nada enriquecerá nuestra mente de manera tan rápida y natural y la liberará de todo pensamiento de escasez como el darnos cuenta que el amor sana y libera de manera rápida y perfecta el peso de las deudas, sanando las enfermedades físicas, a menudo causadas por los resentimientos, la depresión, las preocupaciones y el miedo financiero.


“Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más”

Oscar Wilde

Aclara todo malentendido y haz de tu vida y tus asuntos lo saludable, felices, armoniosos y libres que deben ser. Verdaderamente, porque el amor es “el cumplimiento de la ley”..En el reino de la Verdad y la realidad, las ideas son la moneda del reino. Podemos utilizar las ideas nuevas que la sabiduría divina aviva ahora en nuestra mente y comenzar ahora mismo a pagar nuestras deudas, corrigiendo nuestras confusiones mentales.

Libertad. Comienza dando gracias a Dios por la libertad del pensamiento libre de deudas. Éste es un paso importante para romper las cadenas de los resentimientos, y pronto desaparecerá cuando la sabiduría y el buen juicio estén en control.

Comienza a liberarte de una vez al hacer todo lo que es posible con los medios que tienes y a medida que procedes en este espíritu, el camino se te abrirá para que hagas más; a veces nos cuesta comprender cómo el perdón puede liberarnos de un cuerpo enfermo, de una mente atormentada a menos que se estudie la mente y se comprendan sus leyes.

Existe una vieja leyenda árabe en la que se cuenta la parábola de dos amigos que viajaban juntos por el desierto. Durante el trayecto los dos amigos discutieron. Uno de ellos, muy molesto, le dio una cachetada al otro. Al recibir la cachetada, el amigo ofendido se puso en cuclillas, y, con un dedo escribió sobre la arena: “Este día, mi mejor amigo me ha dado una fuerte bofetada en el rostro”.

El otro amigo lo miro con curiosidad, pero siguieron con su viaje en silencio.  Horas más tarde llegaron a un oasis.  Los dos amigos decidieron tomar un baño en las tranquilas y cálidas aguas del Oasis.  De pronto, el amigo que había recibido la cachetada se estaba ahogando. El amigo que lo agredió rápidamente se lanzó al agua para salvarlo.  Afortunadamente, lo sacó a tiempo del agua y lo llevó a la orilla.

El amigo permaneció unos minutos acostado en el suelo, recuperándose del susto.  Tan pronto cobro el aliento, tomó un estilete y comenzó a grabar unas palabras sobre una gran roca que ahí estaba.  Cuando terminó, en ella se podía leer un mensaje interesante: “Hoy mi mejor amigo me salvó la vida”.

Su amigo, aquel que primero lo había ofendido y luego le había salvado la vida, le preguntó intrigado: 

“Tengo una curiosidad, ¿Por qué cuando te di la cachetada escribiste sobre la arena y ahora lo haces sobre una roca?

El amigo, sonriendo, le contesto: He aprendido con los años qué, cuando un amigo nos ofende, debemos escribir esa ofensa sobre la arena.  ¿Sabes por qué? Porque así se la llevara el viento y el perdón se va a encargar de borrar y olvidar dicha ofensa. 

Sin embargo, cuando un amigo nos ayuda, nos muestra su amor y amistad incondicional, ocurre algo grandioso.  Es por esta razón que debemos grabarlo sobre una roca para nunca olvidarlo. De este modo no habrá viento en el mundo que pueda borrarlo.



Nervis Nava
Nervis Nava

Escritora especializada en investigación y divulgación de temas asociados al desarrollo personal, autoayuda, virtudes y valores humanos positivos. Venezolana, del estado Zulia, defensora de la libertad, la república, la propiedad privada y el estado de derecho.  

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1 comentario en «Perdonando»

  1. El perdón es una herramienta muy poderosa, nos permite continuar sacando un peso en nuestro corazón. Perdonar no significa aceptar siempre algo o alguien, es un acto de liberación para el afectado para no llevar esa carga, que tanto pesa.

    ¡Muy Buen artículo!

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