ÁLVARO RAMÍREZ – EL CANDIL – AÑO V – N° 208.-
He estado leyendo últimamente comentarios sobre la inteligencia artificial. Desde hace unos meses se ha convertido en un tópico que está acaparando la atención de muchas personas en todos los ámbitos, no solo el tecnológico. Investigadores, periodistas, hombres de negocios y lideres sociales, han mostrado atención por lo logrado y probablemente más importante, por lo que se está abriendo como posibilidades hacia el futuro. Como cualquiera de los tópicos de algún impacto, parece imposible que escape a la polarización. Muchas personas se han manifestado con una visión positiva y expectantes ante las posibilidades de avance y crecimiento de la humanidad y otro tanto se está manifestando con temor y cautela sobre las consecuencias de empezar a acelerar desarrollos apoyados en lo avanzado.
Hace unos días un grupo significativo de ciudadanos de diferentes áreas se ha pronunciado manifestando preocupación. Es un grupo representativo, por el papel que juegan hoy en el panorama mundial, con sus logros y contribución a la actividad de la sociedad. Personas que incluyen los más adinerados del mundo, pero también filántropos, académicos destacados y administradores de organizaciones exitosas y con planes ambiciosos para el desarrollo de la humanidad. Destacan en la lista de alrededor de 8000 firmantes, la cantidad de desarrolladores que expone sus temores por los usos potenciales de la herramienta. Puede verse la lista hasta ahora de firmantes, en “Future of Life Institute.”
Tomado de “Future of Life Institute” page
“The fear of machines turning evil is another red herring. The real worry isn’t malevolence, but competence. A superintelligent AI is by definition very good at attaining its goals, whatever they may be, so we need to ensure that its goals are aligned with ours. Humans don’t generally hate ants, but we’re more intelligent than they are – so if we want to build a hydroelectric dam and there’s an anthill there, too bad for the ants. The beneficial-AI movement wants to avoid placing humanity in the position of those ants“
Mi idea no es tratar repetir y adherirme a las preocupaciones de los firmantes de la carta, o controvertirlos basado en los comprobables beneficios que un análisis de las potencialidades puede mostrar y que ellos mismos reconocen, como se puede ver y estudiar en la mencionada página.
Es conocido el nivel que puede alcanzar con sus logros, en un mundo evidentemente competitivo, un grupo que pueda brindar resultados inmediatos, mediante un invento o desarrollo de nueva tecnología, a una sociedad que desea cada vez mayor velocidad en la obtención de beneficios y cumplimiento de deseos. Algunos ejemplos nos pueden recordar un poco donde estamos: Parecía imposible explorar explotar y obtener suficiente combustible fácil para cubrir nuestras crecientes necesidades de energía. Hoy exploramos, explotamos y lo hacemos cada día mejor, profundidades del mar, rocas de hace millones de años, y hielos permanentes sin importar donde estén. Hace 60 años veíamos la luna como una frontera casi imposible de pasar. Hoy la vemos como plataforma de lanzamiento para explorar nuevos lugares donde habitar. Hace unos años parecía imposible domar la genética. Hoy en día estamos cerca de poder “encargar” hijos con las características e inmunidades especificas mediante la “edición del genoma humano” hasta ahora aplicada con éxito curativo. (Genética Medica News Dic 22 2022)
Las dificultades en la “creación de soluciones o invenciones productivas” por lo general son siempre vencidas por la mente humana, su curiosidad y creatividad y el deseo de “vivir cada vez mejor”. El significado de esta última afirmación es totalmente diferente en la práctica dependiendo de cada individuo, su visión y punto de partida. Hay quienes, y son muchos y muy importantes para la humanidad, aquellos para quienes vivir mejor es tener agua potable. Hay muchos otros para quienes vivir mejor es poder educar apropiadamente según su visión, a sus hijos. Otros para quienes vivir mejor es poder dedicarse a “vivir la naturaleza y sus bellezas” después de tener asegurada su supervivencia y la de sus descendientes, y aun otros, para quienes vivir mejor es poder hacer turismo espacial o comprarse el ultimo rubí del tamaño de una nuez y costo de 30 millones de dólares, que va a ser subastado próximamente.
Sin pretensiones quisiera, enmarcado en lo que es mi concepción, tratar de ver las cosas desde otro punto de vista: la composición, comportamiento y mecanismos de lograr acuerdos, de nuestra sociedad.
Mi preocupación es, si podremos llegar a puntos de acuerdo para el desarrollo de nuevos y ambiciosos proyectos de IA.
Hasta ahora en la mayoría de los países, se ha defendido que la solución a los problemas y las mejores decisiones se deben adoptar democráticamente según el deseo y la voluntad manifiesta de la mayoría. En el plano de los negocios, siempre se ha entendido que sin demanda y beneficio no es posible lograr producir algo. Y como consecuencia se debe ser productivo, competitivo, si queremos sobrevivir.
¿Como logar acuerdos para el desarrollo de nuevas herramientas tecnológicas y profundización de la inteligencia artificial? ¿Se convertirá en algo como las armas nucleares que todos quisieran tenerlas, aunque no puedan, para poder amenazar a otros con su “capacidad de defensa”?
La diferencia con la Inteligencia Artificial, y en lo que no parecen tener duda los firmantes de la carta, es que económicamente el desarrollo exponencial de esta va a ser posible. Que, habrá la demanda suficiente en ciertos sectores y sociedades y solo depende de la capacidad de inversión y deseo de adoptar riesgos, de los empresarios. ¿Sin embargo, el perfil de la demanda no será diferente a lo hecho hasta ahora? ¿Las pequeñas sociedades (países) dentro de sus fronteras podrán rechazar su adopción? ¿Como ponerla al servicio de comunidades que no tienen la capacidad para su adopción y para las cuales puede convertirse en una amenaza a su existencia? ¿Habrá alguna forma de ponerse democráticamente de acuerdo un poco más allá de las fronteras geopolíticas?
Como asegurarse en las decisiones de las comunidades, que se emprenderán proyectos de desarrollo, infraestructura, educación y se mantendrán más allá de un “periodo” gubernamental y no serán objeto de un “gran cambio” revolucionario, ¿solo por la selección de un nuevo “ídolo”?
Probablemente estos cambios tan pendulares no se ven en forma tan marcada en países en desarrollo. El poder de la demanda, la rentabilidad de los resultados, la multiplicación de oportunidades vs el impacto negativo inmediato, son superables por mercados grandes y de capacidad económica fuerte.
Cuál será la salida cuando le digan a comunidades, de países en desarrollo que sus ciudades aisladas tendrán una mejor salud apoyados en la inteligencia artificial, ¿pero su capacidad de crear puestos de trabajo no especializado va a disminuir? ¿Como debe cambiar el mecanismo de seleccionar lideres regionales representativos en comunidades donde el desarrollo de soluciones no ha llegado y por el contrario se destruye lo poco construido?
Es necesaria la mayor productividad de la sociedad como un todo. Es necesario incorporar la mayor cantidad posible de “Inteligencias Humanas” a soluciones verdaderas a los problemas y el desarrollo de oportunidades. Se requiere la mayor inversión posible en infraestructura a nivel mundial para capitalizar adecuadamente, además de la incorporación de mucha inteligencia humana, la utilización de la Inteligencia Artificial como potenciador. El reto hoy para lograrlo es plantear la priorización de inversiones en infraestructura que apoye esa capacidad de la Inteligencia Artificial de producir soluciones y la neutralización de sus potenciales peligros, que los tiene.
¿Como podemos hacer más productiva la humanidad? ¿No necesitamos que se incorporen a la capacidad productiva la mayor cantidad posible de seres humanos? Si se desarrollan las habilidades requeridas y se dota de la infraestructura adecuada, la capacidad de producir se potencia. Si además de eso la Inteligencia artificial contribuye con sus bondades como apoyo a esa capacidad productiva, se empezaría a poder cosechar logros importantes.
Es un hecho que, como ha sucedido con otros avances tecnológicos y científicos, la reglamentación y adaptación de mecanismos legales para su administración, no sea fácil, ni rápida adopción. Como ejemplo tenemos los problemas de responsabilidades por las incitaciones en redes sociales, por el uso de vientres, por los cambios de genero y por el manejo de información personal.
Cuesta trabajo adoptar una práctica de diagnóstico y prescripción médica de un paciente, virtualmente y basado en estadísticas, en zonas remotas sin atención de un país en desarrollo, sin estar claro quién es el responsable por el resultado del tratamiento. Sin embargo, me es más difícil de imaginar ese servicio de medicina, implantado en un país donde el estudio y decisión para la construcción del metro en la capital, se está manejando desde hace 60 años y ahora el nuevo “gobernante de turno” después de iniciadas la obras, quiere que se estudie nuevamente, porque no se adoptó su recomendación cuando no era alcalde. O la adopción de educación virtual en otro país donde es mandatoria la adopción de libros de texto donde se glorifica el gobernante de turno.
Es imposible regresar al pasado cuando la palabra de nuestros antepasados era el mejor aval para cualquier compromiso. La pérdida de ese valor y la consecuente generación de la desconfianza en el comportamiento de los seres humanos ha llevado a la dificultad creciente en la promulgación de leyes y decretos que requieren un análisis económico y legal exhaustivo. En nuestros países difícilmente se logra, ante los compromisos políticos y la importancia de aparentar resultados y soluciones a corto plazo, como acabar la pobreza, planes de retiro generales, educación y salud gratuita para todos. Nuestros pueblos lo creen posible, y eligen el mandatario que se compromete a hacerlo en un periodo de 4 años.
La eliminación de las fronteras físicas y protecciones económicas seria la clave para la explotación apropiada de la inteligencia artificial. Mientras se siga atomizando la humanidad en pequeñas sociedades, países, mercados, pareciera difícil integrar esfuerzos que lleven a cambios exponenciales favorables como los que promete la Inteligencia Artificial. El riesgo es que, ante la ausencia de valores en su implantación, más que la reglamentación y compromiso a mediano plazo, la aplicación en solo algunos países capaces de adoptar el compromiso puede llevar a la profundización de brechas y aumento de problemas, ya de por sí muy difíciles de solucionar hoy en día, como son las migraciones masivas, el endeudamiento excesivo de países, las amenazas de terrorismo y la implantación de la anarquía que destruye logros.
La apertura de fronteras y la eliminación de protecciones económicas no es una AMENAZA como se vende, es una OPORTUNIDAD. Es una solución al problema de insistir en pensar en soluciones regionales a problemas globales. Es dejar de pensar que puedo vivir en un palacio o en el mejor camarote, mientras el barco se hunde o la ciudad se incendia. Es lograr la verdadera integración de grandes comunidades disminuyendo el esfuerzo en la lucha contra la corrupción y aplicándolo al incremento de la productividad y la disminución de costos totales. Es dejar de obstruir vasos comunicantes naturales.
Empecemos a promover la eliminación de barreras y pedir cuentas sobre los proyectos de infraestructura y sus resultados, a cada responsable.
Álvaro Ramírez
Ingeniero Industrial con entrenamiento en USA, England, Holland, UCLA, Penn State y Michigan. Gerente de logística de bienes y servicios operaciones y proyectos en Shell de Venezuela, Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), Petroquímica de Venezuela, S.A. (PEQUIVEN), BARIVEN, y Canadian Oíl Company de Colombia. SEO PROCURAMOS, proyectos, consultoría y asesoramiento internacional.
