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Nadie es profeta en su tierra

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EL ARTE DE COMBINAR EL SI CON EL NO – RICARDO BULMEZ – EL CANDIL – AÑO III – N° 123.

Si la sal se vuelve sosa, insípida, no sirve ni para basura. A la sal no se le puede dar sabor… Ella es la que condimenta. Si una luz no alumbra, es oscuridad. ¿De qué sirve un matrimonio si no hay amor en convivencia? ¿De qué sirve un gobierno si no estimula la unión? No sirve más que para botarlo fuera, no para votar por él. Sin amor no hay justicia, ni paz, ni abundancia. Y sin esto no podemos dar un “¡Gloria a Dios!”.

Prólogo: Albani Cordero

“He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos.”,

El Principito.

Dios es tu aliado, te ama, te acompaña y te bendice… siempre.

Mateo 13, 54-58.

“En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban: “¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Qué no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?”. Y se negaban a creer en él. Entonces, Jesús les dijo: “Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa”. “Y no hizo muchos milagros allí por la incredulidad de ellos”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.  

Reflexión: Por Ricardo Bulmez

Esta frase de Jesús “Nadie es profeta en su tierra”, es verdad. Y lo es porque en su tierra lo conocen y en la ajena no. También tratan así a su familia que es una como tantas. No es extraño que el profeta tenga una allegada prostituta, un familiar corrupto y una tía chismosa. En la genealogía de Jesús había familiares que no eran precisamente “buenos católicos” ni “buenos evangélicos”. El que es profeta, en su tierra es una persona común y corriente, con sus más y sus menos. Además, en su pueblo alguien lo espera y en otras tierras tiene la libertad de estar con todos. En tierra extraña nadie es una persona sino un personaje, si es famoso. Si no es popular es un simple turista, residente o un ilegal que se esconde de la migra.

El evangelio de hoy narra cómo fue la visita de Jesús a Nazaret, su comunidad de origen. Su paso por allí fue doloroso. Acudió a la reunión de la comunidad. Jesús no era coordinador, ni diácono, ni acólito… ¡ni cura!, pero tomó la palabra. Señal de que las personas podían participar y expresar su opinión. La gente quedó admirada, no entiende su desenvoltura: “¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos?”. La gente de Nazaret queda escandalizada y no lo acepta: “¿Acaso no es éste el hijo del carpintero?”.

Cuando Cristo se entregó a su misión se desprendió de todo, antes de anunciar el Reino era un trabajador cualquiera. Subsistía de lo que vivía todo el mundo: de su trabajo. Tenía lo suficiente para vivir, con un oficio bien definido, era un artesano carpintero. Deja una vida de seguridad y se lanza a una vida incierta. También se desprendió de su familia, pero no la abandonó. Se separó de todo aquello que le ataba a una casa. Cristo se desprendió de todo para ser realmente libre.

En el evangelio de hoy aprendí… Hay una época de Jesús de la que no se sabe nada. Por ejemplo, cuántas puertas vendió como carpintero. Ni cuántas ventanas le dejaron sin pagar. De su vida se sabe muy poco antes de los treinta años. ¿Por qué no se sabe? Porque nadie se preocupa en escribir la vida de un hombre común y corriente. Éste era Jesús… un “Dios verdadero de Dios verdadero… se encarnó de María la Virgen y se hizo… un hombre cualquiera”.

Pensamiento del día… El que se desprende de lo acostumbrado encuentra algo nuevo, un ser nuevo. Jesús buscó gente nueva, nuevos caminos, frescas ilusiones, insólitos problemas. Y el que se encuentra nuevas dificultades tropieza con una vida nueva. Conoció otros amigos: Pedro, Santiago, Juan… y a los demás. Cristo rompió moldes para ser libre, porque para poder volar hay que romper cadenas. Por ejemplo, rompió las ataduras del nacionalismo y apreció a los extranjeros.

Tarea para la casa… Jesús era y se sentía igual a cualquier persona… Aunque fue tentado en todo tal como nosotros, (Heb. 4) nunca cometió pecado (2 Cor. 21 y 1Jn. 3). Nadie es más que otro. Revísate… ¿en qué te crees más o menos que los demás? Y baja o sube de estima… Y ponte y siéntete igual a todos.

Los Teques – Estado Miranda – Venezuela

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