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Los políticos confiscadores de la riqueza

FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO V – N°220.-

“AL ESTADO LO DEBEN CONFORMAR PERSONAS CON LA MISMA VISIÓN DEL EMPRENDEDOR Y CREADOR DE RIQUEZA PARA QUE UNIDOS SEAN UNA FUERZA CONSTRUCTIVA IMPULSORA DEL DESARROLLO”

Se puede observar desde la perspectiva liberal, cómo en países subdesarrollados, la denominada “clase política”, está conformada por individuos desvinculados de la “clase empresarial”. (Lo de “clases” es un término tomado del colectivismo).

Cuando el poder político está desconectado del empresariado, o no está integrado por empresarios, hay una fuerte tendencia a diseñar un sistema político y económico que, en lugar de fomentar la creación de riqueza basada en el talento individual, más bien, se ocupa de atacarla, limitarla y escamotearla.

En estas circunstancias los políticos son verdaderos confiscadores de la riqueza nacional.

Conlleva esta situación a imaginarnos dos fuerzas que operan en un mismo espacio pero que accionan separadamente, y además, en sentidos opuestos, con lo cual se produce un efecto de relentización, o no avance, que no lleva a ninguna parte.

Por un lado, están los ciudadanos talentosos creando valor por medio de la producción de bienes y servicios, creando riqueza, o lo que en términos macroeconómicos se denomina “Producto Interno Bruto (PIB)”, y por el otro lado están aquellos políticos con mentalidad colectivista creando un cuerpo de leyes de todo orden con pretensiones de favorecer a la ciudadanía, cuando en verdad, están atacando la creación de riqueza.

El conflicto entre estas dos fuerzas es provocado por el modelo político conocido como “socialdemocracia”, factor común entre todas las naciones autodenominadas “democráticas”, cuyo resultado visible es subdesarrollo, pobreza extrema y exceso de intervención estatal.

Para que esas dos fuerzas no se anulen entre si es necesario que la “clase política” provenga de la “clase empresarial”. El estado debe estar conformado por individuos defensores de los derechos de las empresas y del empresario, y que sean capaces de dirigir a la nación como una empresa, todo dentro del marco del liberalismo como sistema económico y político.

Las empresas son personas jurídicas que necesitan recursos materiales, monetarios y sobre todo de personas naturales para poder funcionar. (Ejecutivos y empleados)

Aquellas políticas que promulgue el estado deben favorecer a las empresas, con lo cual se favorece también a propietarios, sus colaboradores y a toda la nación.

Es factor clave, la forma de concebir el estado. Un estado colectivista interventor, o democracia socialdemócrata, anulará el crecimiento individual colocando el interés colectivo difuso por encima del interés individual creando pobreza general, y una concepción de estado republicano liberal, hará todo lo contrario, ya que el estado estará al servicio del individuo, y no el individuo al servicio del estado.

Son los individuos propietarios quienes crean valor con su talento. El dinero, como medio de pago, tiene como respaldo la creación de bienes y servicios. No es el oro, ni las reservas en moneda extranjera lo que respalda la moneda. Ese es un anticuado sistema estatista. Dado que, por medio del talento es que se crea valor, y siendo el talento propiedad del individuo, entonces, el dinero, como medio de pago también lo es. El estado no debe usurpar el papel de las empresas ni de los individuos, por tanto, no puede ser el propietario del dinero.

Eso es lo que ocurre con las socialdemocracias. Los políticos crean leyes que pretenden redistribuir la riqueza, y en verdad, solo destruyen el valor creado por los individuos.

En esas sociedades el estado crea el dinero, lo controla, y lo limita, o lo reparte en exceso creando inflación estructural y graves desequilibrios macroeconómicos, viviendo en crisis permanente. Eso crean los Bancos Centrales estatales.

Las democracias socialdemócratas crean el caldo de cultivo para la proliferación de una clase política sin talento ni probidad.

Eso lo hemos visto en Venezuela después de 60 años de socialismo, incluyendo los 40 de la cuarta república. Eso nos mantuvo y aún nos mantiene irremediablemente en el subdesarrollo.

Afortunadamente nuestro pueblo está consciente de lo pernicioso que ha resultado una sobredosis de socialdemocracia y colectivismo. El exceso de estado nos ha indigestado y ha producido la anulación de la iniciativa individual.

Ahora, parece que nuestro pueblo desea un giro hacia su verdadera libertad, y está dispuesto a llegar hasta el final para expulsar de Venezuela toda ideología que tenga el mal olor a la cuarta y a la quinta.



Freddy Riera

Economista venezolano en el exilio. Consultor e instructor en logística de abastecimiento y cadena de suministros. Editor de El Candil



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1 comentario en «Los políticos confiscadores de la riqueza»

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