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La verdadera historia del chinchorro

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DARIADAS – DARÍO PÉREZ – El Candil Pedregalero – Año II – N° 79 – Domingo, 20 de septiembre 2020.-

El chinchorro o hamaca es un utensilio infaltable en los hogares venezolanos y muchos otros del mundo. Desde tiempos inmemoriales nos vienen siendo de mucha utilidad para el descanso y para dormir. Es el objeto fabricado de forma artesanal en el campo para dormir.

Algunos estudiosos los ubican en tiempos ancestrales, es decir, es el paso intermedio entre el bejuco (liana) y la cama, esto se explica así: como antes vivíamos de rama en rama (cuando éramos simios), ahora para no perder la costumbre de estar colgados usamos el chinchorro.

En los estados Lara y Falcón son muy usados, tanto así, que hasta los tienen en los restaurantes y hoteles, y en las barberías no tienen bancos, ni sillas, sino chinchorros, y mientras el cliente duerme la siesta el barbero hace lo suyo, incluso, se sabe de servicios múltiples donde desde un mismo chinchorro al cliente se le hacen varios servicios, tales como, barbería, odontología, masajes, manicure etc. También los tienen y usan en los servicios veterinarios para mascotas y animales domésticos tales como chivos, vacas y caballos.

Ya también circula el bus-hamaca donde los pasajeros recorren todo el territorio nacional colgados, también en las maternidades hay servicios a escoger entre la cama o la hamaca, incluso en los barcos ya no solo hay camarotes, sino también chinchorotes, y ya se sabe que los astronautas van en sus capsulas meciéndose en sus chinchorros, al igual que en los submarinos ya se incorporaron chinchorros.

Y esto sin contar los paquetes funerarios, que ofrecen servicios que incluyen hamacas con dispositivos electrónicos, que permiten al difunto mecerse hasta por 5 años consecutivos, es opcional también el servicio Crematorio Enchinchorrado, esto para ahorrar tiempo, espacio y dinero, se colocan las cenizas del difunto en una pequeña hamaca.

No existen palabras con más carga filosófica que decir, “Duró lo que dura un peo en un chinchorro” o “Chinchorro colgao haragán acostao”.

En la antigüedad un rey llegó a decir: “Mi reino por un chinchorro”. Antiguamente cuando nacía un niño, no le daban una nalgada como sucede ahora, sino que le daban una fuerte mecida en un chinchorro, de ahí parte el pensamiento “Primero me meso luego existo”.

Ismael, un filósofo de cuyo apellido y lugar de origen no me da la gana de acordarme dijo en su momento: “El placer de mecerse en un chinchorro es indevolvible”.

Manuel, un filósofo zuliano llegó a decir a viva voz: -“EN CHINCHORROS Y HAMACAS HA NACIDO Y MECIDO UN RÍO DE GENTE HUMANA”.

El primer chinchorro del que se tenga conocimiento data de hasta más de 500 mil años, fue hallado durante unas excavaciones cerca de los afluentes del Nilo, al someterlo a estudio, se pudo hallar una pequeña inscripción que estudiosos de papiros y jeroglíficos, pudieron descifrar y traducir como M. I. CH. Es decir, “MADE IN CHINA”.

Los primeros juegos o competencias deportivas de que se tenga conocimiento, eran carreras de chinchorro, aquí cada grupo de participantes corrían llevando a alguien acostado en un chinchorro, ganaba quien primero cruzara la meta, eso sí, sin despertar al durmiente, al igual que en las carreras de relevo era traspasando al durmiente sin ser despertado.

Cuando la rumana Nadia Comaneci sorprendió al mundo en la década de los 70, al ganar hasta nueve medallas olímpicas entre estas cinco de oro, aparte de ser la primera en obtener la calificación perfecta de diez puntos. No obstante, más sorprendente fue la respuesta dada por sus padres al momento de decir de dónde provenían sus dotes rítmicas, estos dijeron lo siguiente: “Todo se debe a que al instante de engendrarla nosotros lo hicimos en una hamaca. Pero, (dijo el reportero), ¡¡En Venezuela y otras partes del mundo muchas personas también engendran sus hijos en hamacas y chinchorros sin que esto tenga tal relevancia!! -A esto los padres sin inmutarse ripostan: ¡¡Si, pero nosotros lo hicimos de pie!!

Ya se sabe que Galileo Galilei, hizo sus observaciones al espacio logrando mejorar el telescopio estando acostado en un chinchorro, y que sus palabras luego de ser amonestado por andar viendo, y averiguando lo que no era de su incumbencia, fueron, “De que se mece se mece” Claro, es obvio que se refería a su hamaca.

También es muy conocido el hecho de, que antiguamente los soldados cuando iban a la guerra llevaban consigo su chinchorro, esto por su versatilidad, ya que además de ser muy liviano y fácil de colgar y descolgar, también les era útil como aparejo de caza y pesca, pero dejó de usarse porque siempre terminaban en disputa los soldados por dos poderosas razones; la primera, porque era costumbre que unos colgaran arriba y otros debajo, bueno, resulta que habían algunos soldados que aún se hacían en sus chinchorros y terminaban mojando al de abajo, la otra era, que al estar durmiendo, a veces pasaba una patrulla de indios u otros enemigos, y terminaban apaleando al que estaba debajo, pero luego que éste sin decirle nada al compañero de lo sucedido, decidía colgar la noche siguiente en la parte de arriba, pues, resulta que al pasar nuevamente los mismos indios deciden darle otra paliza al soldado pero esta vez razonan, y dicen: -“Ya este ser paleado anoche, ahora tocar turno al de arriba” y volvían a dar palos al mismo soldado, esto generaba enfrentamientos , hasta que se determinó eliminar el chinchorro como parte del equipo de campaña.

Coro – Capital del Estado Falcón – Venezuela

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