Por Freddy Riera
Todos estamos de acuerdo en la urgencia por salir de Maduro y su banda de delincuentes. De hecho, es el primer paso en la estrategia que ha adoptado nuestro presidente encargado, y a la que él ha llamado: “Cese de la Usurpación”. La segunda fase de esa estrategia es: “Gobierno de transición”.
Entonces, con base en esta estrategia, para que pueda haber un gobierno de transición, primero tiene que cesar la usurpación, es decir, que la condición necesaria para que se produzca el cese de la usurpación es que Maduro abandone Miraflores.
Ya todos sabemos que Alí baba´ (Maduro), no se mudará de Miraflores por su propia cuenta. Entonces, ¿por qué no se cambia el orden de los factores? Es decir, que la primera fase de la estrategia sea “Gobierno de transición”?
A lo interno del país, hemos visto que las acciones ejecutadas para debilitar al usurpador han dado ciertos resultados, pero lo cierto es que ese inquilino maula y tramposo sigue usurpando Miraflores. Los golpes se están propinando en cámara lenta, en cámara muy lenta y el pueblo padece.
Desde afuera también le están dando pescozones y pellizcos pero nada que se tambalea. Unos afirman que los EEUU está siguiendo un protocolo con base en sanciones para evitar la intervención militar, pero para cuando Maduro decida irse, ya lo que habrá quedado en Venezuela serán cuatro gatos y un peladero de chivos.
El Sacerdote Jesuita Luis Ugalde, director fundador de la revista SIC, ha publicado en América 2.1, el día de ayer, un artículo titulado “Pereza política y tragedia nacional”, del cual extraigo el siguiente texto, en el cual muy claramente expresa su preocupación por qué la política interna no hace lo que debe hacer:
“No queremos negociar, sino que se vayan todos los corruptos-ineptos y su “Socialismo del siglo XXI”. De acuerdo, pero cómo se logra eso. Ahí, en el cómo, empieza la política o queda en evidencia la falta de ella. No basta anunciar lo necesario, la política hace que lo necesario sea posible y que éste se transforme en realidad. No es buen médico quien rechaza la enfermedad y proclama la salud, pero ni cura ni sana.
En Venezuela hay centenares que se consideran grandes políticos porque proclaman rotundamente la obvia necesidad de salir del actual gobierno criminal, corrupto e inepto, sin contaminarse en negociaciones: salir de todos, castigarlos y sustituirlos con un gobierno impoluto. Perfecto. ¿Quién cree que esto no debe ser aplaudido? Pero resulta que este buen deseo sin cómo, sin política, puede ser más bien una ilusión de aparente visión superior y solución impecable, y venenosa siembra de la anti política. Es como el médico ilusionista que no opera, ni da tratamiento, ni cura, pero proclama rotundamente su verbal repudio a la enfermedad. Sabemos que los usurpadores del poder no van a renunciar voluntariamente…” Fin de la cita.
Para que “cese la usurpación” es necesario crear primero “el gobierno de transición”. ¿Y cómo se logra eso?, pues que los políticos integrantes de la AN legítima y el TSJ legítimo hagan lo que tengan que hacer para crear el gobierno de transición.
La política puede nombrar al Contralor, al Defensor del Pueblo, al Ministro de Defensa, y los cargos que sean necesarios para “ejercer poder”, respaldar al estado de derecho, y enjuiciar a todo bandido que se encuentre en el exterior disfrutando del patrimonio robado a la nación; de esta forma estarían creando fortaleza para negociar en mejores condiciones crear una amenaza creíble.
Con este solo cambio, se obtendrían resultados muy positivos ya que sería una demostración que a lo interno también se estaría torpedeando constantemente la cueva de Alí Babá y sus cuarenta ladrones.
Esa pereza política que no hace nada para que “Cese la usurpación”, es una verdadera tragedia nacional.
Naples-Fl-EEUU
Agosto, 19 de 2019