Hace 19 años, el 3 de julio de 2002, fue creada la Asociación Civil Gente del Petróleo (GdP) por un grupo de trabajadores de Pdvsa. Eran tiempos conflictivos. La “revolución” le ponía la mano a la empresa con fines partidistas y politiqueros, aplicando su estrategia de destrucción del país “para comerte mejor”,

Los trabajadores petroleros tenían dos opciones:  observar inertes y desde la barrera cómo se destruía la empresa orgullo de la democracia, que los había formado y permitido vivir dignamente durante años; o asumir el deber patriótico de la lucha, enfrentando la politización y el acabose de la meritocracia. Llenos de dignidad, asumieron la lucha.

LA PROFECÍA DE CASANDRA

Cual Casandra, aquella profetiza de la mitología griega que visualizó la destrucción de Troya y no le creyeron hasta que la ciudad quedó acabada, los petroleros de esa hora vislumbraban cómo las políticas y acciones que adelantaba la “revolución”, afectaban negativamente el futuro de empresa petrolera, y del país.

Decidieron defender a Pdvsa, y con ello defender a Venezuela. Organizarse para evitar y revertir la destrucción, así tuvieran que arriesgar su estabilidad laboral y la tranquilidad de sus familias. Se unieron al paro nacional del 2 de diciembre del 2002. Sin pedir nada personal a cambio. Solo buscaban evitar la destrucción de la empresa que con tanto esfuerzo sostenido habían ayudado a crear. Y, por ende, evitar la destrucción de Venezuela.

La respuesta del gobierno fue despedir injustamente a 23.000 técnicos y gerentes, la mitad del personal. 300.000 años de experiencia. Mancar y descerebrar la empresa pivote de Venezuela. Los excluidos se agruparon (nos y a mucha honra) en Gente del Petróleo.

Luego de la exclusión masiva, Pdvsa aceleró su tránsito al barranco que había iniciado la “revolución” y que hoy agobia a los venezolanos. Venezuela, de ser una potencia en la OPEP, hoy posee una desmantelada industria que a duras penas produce 500.000 barriles por día, la sexta parte de la producción del 2002 de más de tres millones de barriles. Y no hay comparación posible con los seis millones de barriles diarios de petróleo que deberíamos estar produciendo, de acuerdo a los planes de la época. Seríamos el cuarto productor petrolero del mundo, contrario al pequeño y sin importancia productor semi marginal en que, por ahora, nos hemos convertido.

La gigantesca caída de producción ha significado para Venezuela que ya no se generan los otrora miles de millones de dólares anuales para el fisco nacional, por lo que somos un país sin divisas, con una recesión que ya va para ocho años, una hiperinflación ídem, y asfaltando la ruta hacia la primera hambruna petrolera de la historia.

Para no perder tiempo buscando culpables, es necesario advertir que el mismo Hugo Chávez se responsabilizó cuando dijo: “yo provoqué el paro, tenía que tomar esa columna que era Pdvsa”. A confesión de parte…

¿Lesa humanidad?, usted dirá.

A la mínima producción de petróleo y gas, hay que agregar la inutilización de las refinerías, que han dejado al país “de las mayores reservas petroleras del mundo” semiparalizado por escasez de gasolina y gasoil, y con serios problemas de electricidad. El planeta no sale de su asombro y nos observa como un limosnero sentado en un barril.

Las políticas del socialismo del siglo XXI han cambiado los casi seis millones de barriles … por casi seis millones de venezolanos buscando por el mundo las oportunidades de vida digna que les quitó la “revolución”. Uno a uno.

 Exportábamos petróleo, exportamos venezolanos. Qué vergüenza. Casandra se hubiera quedado corta.

GdP PARA RATO…

Gente del Petróleo está más viva que nunca. Ha denunciado la destrucción de Pdvsa y se ha abocado a planificar su rescate a la hora de un cambio político. Hoy, ante las promesas del gobierno que mañana serán excusas – una vez más- de recuperar la producción y de acabar con las colas para adquirir gasolina, GdP debe exigir al gobierno responsabilidad en los pronósticos, y anunciar que sí sabe cómo recuperar la industria petrolera que ha desmantelado la “revolución”.

GdP continúa cabalgando sobre los valores de solidaridad, democracia, productividad e innovación, a objeto de contrarrestar los antivalores de politización, la desviación de la misión empresarial y la membresía partidista como base de méritos, que han guiado a la llamada Pdvsa roja.

Hay muchas razones para continuar trabajando por Venezuela.

Razones históricas: la nacionalización de la industria petrolera permitió que Pdvsa pasara en poco más de 20 años desde una empresa extractora, a un emporio energético. El cambio de patrón de refinación, la internacionalización, los trenes de gas y la extracción de líquidos, el desarrollo de la Faja, de Apure, del Norte de Monagas con avances técnicos de talla mundial los Mejoradores de la Faja, Intevep, Cied y muchos otros logros, colocaron a Pdvsa como un modelo mundial. La “revolución” consciente que ese éxito distorsionaba su estrategia lobo feroz de “destrucción para comerte mejor”, procedió a minimizar a Pdvsa hasta llegar a los nefastos resultados de hoy.  GdP sigue en la lucha, a objeto de rescatar ese legado histórico.

Razones empresariales:  la “revolución” sacó cero en la gerencia de Pdvsa. GdP está consciente que una industria petrolera requiere de:  1.- altas inversiones … 2.- tecnologías de punta … 3.- personal altamente capacitado. Y hacia esos objetivos orienta sus planes. 

Razones políticas: para aunar la recuperación de la industria petrolera con la recuperación de la democracia y del país. 

Hay mil razones que hacen que GdP esté más viva que nunca.  Presta a servir al país. Como el primer día.

Cumpleaños feliz.

Caracas – Distrito Capital – Venezuela