CAMINANTE NO HAY CAMINO – FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO III – N° 145.

El rasgo distintivo, sobresaliente, de las grandes civilizaciones de la humanidad se ve reflejado en el “urbanismo”, en sus obras civiles y monumentales que han perdurado por milenios.

Desde siempre, las obras civiles, han sido la mejor evidencia del desarrollo de cualquier civilización. Lo vemos el la civilización egipcia, romana, azteca, inca, maya y lo vemos también en el renacimiento, y los imperios del último milenio.

Hay ejemplos notables como la reconstrucción de París, Venecia, y todas las ciudades y capitales europeas. Los palacios y los castillos, las fuentes y los jardines, los puentes y el sistema de carreteras y acueductos.

Eso es indicativo de que esas civilizaciones desarrollaron las ciencias de las matemáticas, la geometría, los materiales, las artes, la ingeniería, y la arquitectura. Para eso se necesitan genios, y un sistema político y económico que los sustente.

Desde mi perspectiva actual, el urbanismo, el paisajismo, y el respeto por la naturaleza reflejan con precisión el grado de desarrollo de una sociedad o nación.

Es el rasgo distintivo de las naciones más prosperas y desarrolladas del mundo, de ayer y de hoy. Eso supone además que para lograr tal desarrollo es imprescindible contar con normas que permitan seguir un orden y un patrón cuyo objetivo es lograr ambientes de prosperidad, armoniosos, organizados y civilizados.

Seguir planes de urbanismo ayuda a formar ciudadanos responsables y educados en la organización, mantenimiento y limpieza. Definitivamente el ambiente influye enormemente en la autoestima y dignidad de sus habitantes.

Venezuela pudo experimentar cierto nivel de organización y planificación urbana en la época colonial y hasta 1958. Hay ciudades como Coro, la capital del estado Falcón, donde lo más bonito, y organizado es la zona colonial construida en la época de la colonización; Es decir, hace más de 400 años. Ese proceso se detuvo y luego se deterioró hasta convertir a Coro en una de las ciudades mas feas de Venezuela, y ese proceso de deterioro se inició a partir de 1958 con la llegada de los comunistas al poder, de la mano de Rómulo Betancourt. Así como sucedió con la capital falconiana, ocurrió en toda Venezuela.

Los comunistas con ropaje de demócratas modificaron las ordenanzas municipales para dar una señal equivocada de libertad económica y fue la de permitir que las zonas residenciales fueran también zonas comerciales. Por eso es que vemos como es que antiguas quintas fabulosas en muy buenas zonas de la ciudad capital, fueron adquiridas para montar funerarias, colegios, heladerías, talleres mecánicos, ventas de repuestos, restaurantes y cuanta vaina se pudiera montar.

Ese cambio acabó con el urbanismo en Venezuela, y lo observamos en todas las capitales y ciudades del país. Toda Venezuela es un caos urbanístico. Nadie respeta nada. Las aceras y los andenes ya no son para peatones, ahora sirven de estacionamientos.

Con la democracia fundada por Rómulo se permitió la entrada indiscriminada de inmigrantes con fines políticos electoreros. Los mismos partidos políticos, sobre todo el de gobierno, ofrecían terrenos y servicios gratuitos (robados), lo cual produjo congestionamiento en los hospitales y escuelas públicas y se observó un deterioro en la calidad del servicio eléctrico y sanitario.

El Distrito Federal es el mejor ejemplo de esa nueva política socialista, así como Maracaibo.

La entrada a la ciudad capital por Maiquetía es algo que deja asombrados a todos. Es inexplicable como es que un país tan rico exhiba tanta miseria. La respuesta está en la óptica socialista que se estableció en Venezuela a partir de 1958.

Una de las primeras tareas que debemos acometer, una vez rescatada del secuestro, es establecer normas ciudadanas de urbanismo y paisajismo, que muestren nuestra grandeza y eliminar ese enorme caos, ese enorme desastre que nos dejó “Juan Bimba”, el nuevo ideal adeco, proscribir el comunismo y proclamar el liberalismo.

“ABAJO EL COMUNISMO, ABAJO LA CUARTA REPÚBLICA, ABAJO EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI”.  

NAPLES – FLORIDA – EEUU