FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO IV – N° 173
Ni microeconomía ni macroeconomía
En socialismo es imposible rendir cuentas. Es un modelo cuyos resultados no se pueden medir, ni en términos microeconómicos y mucho menos en términos macroeconómicos.
Las unidades económicas de producción privadas son sustituidas por la propiedad colectiva y la propiedad social no pertenece a nadie; por tanto, si no hay microeconomía, no hay forma de mantener cuentas nacionales como el PIB, PTB, PNB, por ejemplo.
El socialismo elimina el ciclo de los bienes de venta, la creación de valor y la acumulación de capital. Destruye el círculo virtuoso de la creación de riqueza, elimina toda posibilidad de crecimiento económico, tanto a nivel individual y familiar, así como de la unidad de producción o fábricas, por tanto, anula el crecimiento y desarrollo de la nación.
¿Cómo se contabiliza en socialismo?
Nadie explica con claridad ni certeza como el socialismo contabiliza las partidas y las cuentas de la gestión de recursos asignados para la producción de bienes y servicios, pues el dinero carece de valor y no es utilizado como medio para la remuneración de los factores de producción.
No se puede hacer contabilidad ni asientos contables que permitan llevar un control del estado financiero de la unidad de producción.
En este sistema absurdo llamado socialismo, donde la propiedad es colectiva y el producto también, se hace imposible llevar un sistema contable en los mismos términos como si se puede hacer en un sistema económico mercantil.
Entonces ¿Qué proponen los “economistas socialistas” (combinación que considero incongruente) para contabilizar la gestión de la producción que no sea dinero? Hurgando en las profundidades de la WWW conseguí el siguiente texto en la página “Corriente comunista Internacional”, donde se menciona lo siguiente:
“todo se reduce al control de la economía por parte del proletariado: se trata sobre todo de que los productores controlen y repartan el producto social de forma igualitaria para cada uno de ellos y mediante una autoridad ejercida desde abajo (…). La solución se halla en el cálculo del coste de producción medido en tiempo de trabajo de las empresas en relación con la cantidad de bienes sociales creados…Pero basta para resolver el problema en calcular el tiempo de trabajo social medio de producción para cada producto…Este sistema acabaría con el dominio de la ley del valor sobre la economía: los productos no circularían según su valor de cambio, sometidos al patrón universal del dinero”.
El fracaso del socialismo
Evidentemente, ese método descrito arriba resultó en un enorme fracaso. Es imposible rendir cuentas en el sistema socialista en términos financieros, ya que las principales variables empleadas en los sistemas contables y administrativos no existen, vale decir, el capital, la propiedad de planta y equipos, inventarios en términos monetarios, no se registran compras, ni ingresos por ventas ya que el modelo crematístico no existe, no hay mercado de compra venta, ni oferta ni demanda, no hay ganancias, ni cuentas de banco, ni cuentas por pagar ni cuentas por cobrar, ni dividendos, por tanto no hay forma de medir el rendimiento, ni la productividad de los recursos empleados, convirtiendo así a todo el sistema en destructor del valor.
Este modelo bizarro contra natura monopoliza la decisión del “que producir”, “cuanto” y “cuando producir”, a través de su sistema del Comité Central de Planificación.
El propio estado es quien provee las materias primas, es el productor y además es quien adjudica el producto (No vende). El estado mantiene el control y el monopolio de la planificación de la producción, y de toda la cadena de suministros.
Los bienes producidos son asignados por medio de cupones que establecen un límite al consumo de bienes por familia. Las necesidades no son determinadas por el individuo.
Es imposible determinar los costes de producción en términos monetarios, así como también se imposibilita el control de los stocks, tanto de materias primas como de productos, ya que no existe una unidad estándar de registro.
¿Cómo rinden cuentas?
Entonces ¿cómo rinden cuentas los responsables de las unidades de producción socialista? Pues, en términos de horas y unidades producidas. En unidades de medida que pueden ser toneladas, kilos, litros, metros, piezas, horas, lo cual resulta sumamente engorroso reducir a una unidad común que permita establecer el costo de producción, además un solo proceso productivo emplea diversos recursos que se miden de diferentes formas. Este problema queda resuelto en el sistema mercantil porque la valorización monetaria permite expresar todos los bienes y servicios que participan del proceso en términos monetarios.
En conclusión, en una economía socialista no hay contabilidad expresada en términos monetarios, no hay creación de valor, no hay ganancias, solo puede haber pérdidas, ya que es un sistema que no se puede medir.
Lo cierto es que el socialismo es un fracaso en términos sociales y económicos, siendo la mayor maquinaria jamás concebida para depauperar y destruir valor.
Los socialistas – comunistas si logran dar informacion de sus obras , seguramente es adulterada y corrupta y sin ningun fundamento. Inventan cifras para hacerle creer al pueblo que ellos van muy bien !!!
Excelente información, a las pruebas nos remitimos quienes estamos tan cerca de un sistema que hace rato hizo a un lado todo tipo de control, la ejecución de los ingresos provenientes de cualquier actividad económica se hacen a discreción de un cogollo que maneja los fondos nacionales a su completo criterio, no existe la rendición de cuentas, el BCV no maneja cifras creíbles de las pocas que recibe, en fin estamos a merced de quienes sabemos . Saludos amigo del grupo Talaverano.
Andrea, gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo con tu apreciación. En un sistema liberal republicano no hay Banco Central, ese modelo centralizado es propio de sistemas socialistas donde el dinero pertenece al estado y no a los privados. El estado controla el circulante y es quien produce la inflación. Tal como tú lo afirmas, un cogollo lo controla todo.