SIMÓN PETIT ARÉVALO – EL CANDIL – AÑO IV – N° 205.-
EN LA ACTUALIDAD, SU CASA EN JAMAICA ES UN MUSEO VISITADO POR MILES DE PERSONAS AL AÑO PARA ADMIRAR CADA OBJETO QUE FORMÓ PARTE DE SU VIDA
Se cumple un nuevo aniversario del nacimiento de Bob Marley. Fuera de lo más elemental sobre el rey del reggae poco es lo que se conoce sobre su vida en su infancia. Habría que decir primero que su padre era blanco y un hombre de 60 años y guardabosques de la reserva forestal de las colinas y montañas cercanas a Kingston. Su nombre era Norval Marley de 60 años, y cuando conoció a Cedelia Booker, ella tendría 16 años y la enamoró para concebir a Bob que nació un 6 de febrero de 1945 en Saint Ann (Nine Mile)
Después de su nacimiento, pocas serían las veces que tendría contacto con él. Le pondrían el nombre de Robert por un tío, hermano de Norval, y Nesta por un pariente cercano a su madre. En Nine Mile, Bob estuvo sin agua y electricidad y ayudando a cargar leña y arriando burros y alimentando cerdos para subsistir en esos primeros años, hasta que a los 12 se traslada con su mamá a Kingston, específicamente a Trench Town, un barrio que tenía la fama de ser el más peligroso de la ciudad. Conoció a la gente más pobre y compartió con ella desde la calle 1 (en dónde vivía) hasta la 13. En el barrio conoció lo bueno y lo malo, se enamoró, gozó, lloró y por supuesto, también soñó con ser grande. De ello deja evidencia en su canción Natty Dread que después se convirtió en un proyecto de gira.
Su primera guitarra fue una lata de aceite y tenía como cuerdas, alambres de cobre que deshilachaba de los cables de electricidad. Aprendería el oficio de soldador a los 14 y conocería a un compañero en el mismo trabajo quien fue su inseparable de ese tiempo, Desmond Dekker. Ambos se la pasaban cantando y un día Dekker reunió dinero y grabó una canción que se convirtió en un éxito en Jamaica. Entonces Bob dijo que él también quería cantar y grabar y Dekker lo acompañó al estudio. Allí grabará su primera canción de autoría a los 16 años “Judge Not” en 1962.
El dueño del estudio Leslie Kong vio su potencial y quiso cambiarle el nombre de Robert porque era muy simple e insípido para una artista y quiso llamarlo Adam Marley. Robert se opuso y siguió con el diminutivo de su tío, Bob. Kong le dijo que con ese nombre no llegaría lejos y que se olvidara de cantar porque no tenía carisma.
No se quedó allí. En su sueño de ser cantante conocería a Neville “Bunny” Livingston quien influiría de manera determinante y después a Peter Tosh -quien le enseñó a tocar bien la guitarra-para conformar a The Wailers, llamados así por una broma de los vecinos que les decían cuando ensayaban porque ellos no cantaban, sino que “berreaban”. Lo demás es historia.
En la actualidad, su casa en Jamaica es un museo visitado por miles de personas al año para admirar cada objeto que formó parte de su vida. De él aún manifiestan los Rastafari, que Jah es Dios, Hallie Selasie el príncipe, y Bob Marley, el profeta de ese movimiento religioso; aunque, según Cedelia Booker, la madre de Bob, la historia sobre los últimos días del rey del reggae nos dejó un hecho que no suele ser muy comentado entre sus fans: Bob Marley volvió a Jesús. Unos meses antes de morir, el 04 de noviembre de 1980, fue bautizado como Berhane Selassie por la iglesia ortodoxa de Etiopía, una de las religiones más antiguas del mundo.
Las últimas palabras de Bob Marley en el hospital de Miami donde murió, según su viuda Rita fueron: ‘Jesús, llévame’.
