Saltar al contenido
Artículos publicados » El Padre Héctor Comeaou

El Padre Héctor Comeaou

  • por

Por Ricardo Bulmez

A mi director espiritual… con respeto, cariño y admiración.

Un director Espiritual es aquella persona que guía a otra para que madure y crezca en la fe, en la esperanza y en el amor que son las tres virtudes fundamentales de todo cristiano, llamadas virtudes teologales. Generalmente, un Director Espiritual es un hombre experimentado en la vida y dotado de sabiduría, sencillez y mucha paciencia.

Cuando yo era seminarista cada uno elegía libremente a su director o guía espiritual. Yo escogí por un tiempo al padre Comeau, un sacerdote de profunda y sana espiritualidad, oriundo de Canadá. Se llamaba Héctor Comeau y le decíamos el padre “Comó”, así se pronuncia en francés y de esta manera le llamábamos todos. Era un hombre muy alto y al mismo tiempo con cara de niño mimado, medía o mide casi 1.80 mts. de estatura y hablaba un castellano afrancesado, mejor dicho un francés castellanizado.

Hace ya más de treinta años que no lo he visto, no sé qué se hizo. Solía yo, siendo apenas un joven adolescente, dirigirme a él. Recuerdo que los viernes en la tarde siempre le llevaba el mismo “rollo”; “Padre me siento mal, muy triste y sufro mucho”, éste era mi tema constante y preferido. Aquí estaba el meollo de mis “rollos” y de mis angustias, cuando no me sentía mal por una cosa era por otra y cuando no existía ninguna de estas dos, entonces había un tercer motivo que yo inventaba para salirme con la mía. Otras veces estaba triste y no sabía por qué, consiguiendo así una cuarta razón para estar mal.

Un día amanecía mal porque creía que algunos de mis compañeros me tenían rabia, otras veces era porque el profesor de latín me la tenía dedicada, cuando el Rector del Seminario no me saludaba como yo esperaba entonces imaginaba su rabia contra mí, si no sentía algún alivio en la oración esto también era causa de estar mal. Es decir, hasta Dios llegó a cogerme rabia, según yo.

Todas estas amarguras y malestares se las depositaba a mi padre espiritual, él me escuchaba con mucha paciencia y yo salía muy alentado. Ese día me descargaba de tantas angustias acumuladas durante toda la semana, que por eso esperaba con ansias la llegada del viernes por la tarde. El padre “Comó” era el mejor Director Espiritual que había en todo el seminario, ésta era mi opinión… es más, me la pasaba haciéndole buena propaganda entre mis compañeros porque quería que todos lo escogieran como guía.

Un viernes cualquiera me acerqué a él con mi eterno tema:

– Padre me siento mal. – ¿Por qué?, ¿Qué te pasa?  me preguntó el padre Comeau, tan bueno él, con voz comprensiva, dulce y suave.

– ¡Ay, padre no sé!, ¡no sé qué me pasa! Contesté yo con una cara de “solterona a juro” que no me la quitaba nadie. Hoy cuento esto y más bien me da pena. El padre “Comó” me escuchaba atentamente, me aconsejaba, me daba ánimos, casi enjuagaba mis lágrimas y yo salía más fortalecido. Al poco tiempo volvía yo con la misma cancioncita: “Padre me siento mal”, en busca de la misma pastillita que aliviaba, pero no curaba. Un buen día, aunque para mí no fue nada bueno, volví otra vez en busca de mi dulce pastillita. Esta vez me encontré con una intervención quirúrgica de corazón abierto y sin anestesia, me dolió mucho. Yo no sé qué le pasó ese día al padre “Comó”, para mi se había vuelto loco, estaba irreconocible.

– Padre me siento mal.

– ¿Por qué?, ¡¿qué te pasa?!

Noté que me habló algo golpeado.

– Padre yo creo que el padre Rector me tiene rabia, le dije casi llorando.

– ¡¿Otra vez?!, ¡¿hasta cuándo vas a seguir con esas tonterías?! me gritó por primera vez, eso no me gustó.

– No sé, le dije sollozando. (Hoy “¡me da vaina!” haber pasado por eso y vergüenza con todos ustedes).

– ¡Mira, lo mejor que debes hacer es salirte del seminario!, así me dijo “el cura ése”, y añadió:

-¡Tú no sirves para sacerdocio porque siempre andas “enrollao” ; ni siquiera sabía pronunciar la “r”, le salía algo así como “errrgrrrrollao”. Cuando no es por una cosa es por otra! ¡Para ser sacerdote debes tener un corazón lleno de fe, amor, esperanza y de mucha alegría y entusiasmo! ¡En cambio, tú te la pasas sufriendo por tonterías! ¡Por eso lo mejor que puedes hacer es dejar esto, no sirves!¡Todos te tienen rabia!, ¿no?

¿No les dije que se había vuelto loco?, nunca esperé ni imaginé que hablara así. Las palabras que dijo me cayeron como un baño de agua fría y me molestaron muchísimo. Le entendí todo perfectamente y eso que él no hablaba bien el castellano. Una de dos: o él había aprendido a hablar bien el español o yo entendía perfectamente el francés; sea lo que fuera se expresó claramente.

– ¡Me voy del seminario!  le contesté sin poder contener las lágrimas. (¡Qué vaina conmigo, ¿no?!). Las palabras del padre “Comó” todavía están presentes en mi mente: “¡fuera del seminario tampoco vas a encontrar nada! Si te casas también vas a ser un fracasado, entonces será tu esposa quien te cogerá rabia porque el problema está dentro de ti, no fuera.

La rabia la llevas contigo, no está en los demás, nadie te tiene rabia… nadie. Tú eres el falto de amor y por eso sientes que nadie te quiere porque en realidad tú no amas, tienes el corazón vacío. Y mientras no te decidas a amar vas a andar cojeando toda tu vida, siempre te vas a sentir mal, seas o no sacerdote, porque el problema no son los demás sino tú.

¡Ama, Ricardo, ama porque el amor todo lo puede!”… Mientras el padre me decía todo esto, pensé con resentimiento y tristeza: “¡El padre “Comó” también me tiene rabia!”

– ¡… y me haces el favor de retirarte, estoy muy ocupado!

¿Ven que se volvió como loco? Salí mal de la entrevista y sentía mucha rabia, decepción y vergüenza. Decidí cambiar de Director Espiritual, pues el padre “Comó” ya no me convencía y me había quedado mal. Busqué como nuevo guía y orientador a un sacerdote español que andaba por ahí, buena gente, ése sí me entendía muy bien, pues creo que era cuestión de idioma. Nunca más volví a donde el padre Héctor Comeau, después de lo que pasó con él no me quedaron más ganas de seguir haciéndole buena propaganda.

Seguí con el otro que aguantaba todas mis tonterías. Con el tiempo me di cuenta de que el padre Comeau tenía toda la razón del mundo, pero nunca tuve la oportunidad de decírselo. Aprendí de él que el secreto de la vida está dentro de nosotros mismos, no afuera; y que sin amor no se puede vivir, sin amor nos sumimos en un mar profundo de frustraciones, egoísmos, depresiones y de resentimientos agudos e interminables.

Desde entonces estoy convencido de que tengo que llenarme más de Dios, porque Dios es amor, ¡Cuánto aprendí del padre Héctor Comeau! El amor todo lo puede, Todo es cuestión de amar. El amor es el sedante más placentero, El psiquiatra más efectivo Y el mejor amigo. El amor es el libro más sabio y la mejor religión que existe.

Dios es padre hecho amor. El amor es… ¡El amor lo es todo! Dicho de otra forma, si sufres en la vida por tonterías es porque no estás amando. El que sufre odia, esto es automático. Claro, repito, me refiero a ese tipo de sufrimiento que es por nada o lo es por una simple tontería. Si tu esposo sufre, te odia; y si lo hace con mucha frecuencia, constantemente te odia.

¿No te das cuenta de cómo te ve a veces? Si tu esposa sufre, te odia. ¿Por qué? porque el amor da paz, mucha paz. Si tú no tienes tranquilidad espiritual es porque estás odiando a alguien o a algo… a un ser querido, a alguna enfermedad, una situación.

La falta de paz es falta de amor. El padre Héctor Comeau nunca se imaginó lo que me hizo sufrir, pero tampoco lo que me hizo madurar y crecer en el amor. Hace muchos años regresó a su país natal, yo no sé exactamente en dónde está en este momento.

Ignoro si está vivo o está muerto; pero en donde sea que esté quiero expresarle mi cariño, reconocimiento, respeto y admiración por su gran talla de hombre de fe.

¡Gracias padre “Comó”, muchas gracias!

Coro-Estado Falcón-Venezuela

Sábado, 26 de junio 2020

UNETE AL CLUB

¡Se parte de El Candil!

Recibe actualizaciones cada domingo

¡No hacemos spam! Lee nuestra [link]política de privacidad[/link] para obtener más información.

UNETE AL CLUB

¡Se parte de El Candil!

Recibe actualizaciones cada domingo

¡No hacemos spam! Lee nuestra [link]política de privacidad[/link] para obtener más información.

Tus comentarios son valiosos para nosotros ya que nos permite entrar en comunicación con nuestros lectores

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde EL CANDIL

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo