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El falso sentido de solidaridad como agente del desastre

Por Gustavo Coronel

Una de las características más atractivas de la personalidad del venezolano es su cordialidad. Es casi siempre lo primero que mencionan quienes llegaron a nuestra patria huyendo de las privaciones en sus países y fueron recibidos con afecto y calidez humana. Muchos de quienes llegaron atraídos por la prosperidad económica del país durante buena parte del siglo XX terminaron por apreciar más nuestra naturaleza igualitaria, nuestra informalidad y sentido de la amistad que los aspectos materiales.

Hay, sin embargo, una deformación de esa mansa y cordial naturaleza que nos ha hecho mucho daño. Tiene que ver con nuestra acentuada propensión a perdonar, apelando a una falsa solidaridad,  errores que no deben ser perdonados, a olvidar o quitarle importancia a las injurias y a los ataques recibidos.

Esta propensión a poner la otra mejilla ha sido tan admirable en su versión correcta como dañina a la Nación, en su versión deformada causada por falsos sentidos de solidaridad o de grandeza.En el plano político la perversión de estas cualidades ya nos ha causado graves problemas. Hay, al menos, tres  ejemplos que pueden ilustrarla.

1.     Uno de ellos se refiere a la sumisa admiración, rayana en el masoquismo, que compatriotas, aún aquellos de buenas credenciales intelectuales, han sentido por el castrismo cubano. Todavía circula en Internet con cierta frecuencia la carta de bienvenida a Fidel Castro que unos 900  intelectuales, artistas y políticos venezolanos publicaran en El Nacional y en 2001 con motivo de su asistencia a la inauguración del presidente Carlos Andrés Pérez en 1989. Ver: http://www.venezuelavetada.com/2011/04/manifiesto-de-bienvenida-fidel-castro.html.

Hasta tres sacerdotes firmaron  esa carta, de empalagosa admiración por quien había sido un dictador cruel e implacable, autor de muertes, torturas y persecución de miles de cubanos y promotor de guerras e invasiones a países democráticos, incluyendo a Venezuela. Esa carta también fue firmada por muchas personas de gran bondad, por médicos y poetas quienes no matarían ni una mosca, en nombre de la amistad y la hospitalidad que han sido característica de los venezolanos.

La carta decía: “queremos expresarle públicamente nuestro respeto hacia lo que usted [Fidel Castro], como conductor fundamental de la Revolución Cubana, ha logrado en favor de la dignidad de su pueblo…sólo la ceguera ideológica puede negar el lugar que ocupa el proceso que usted representa en la historia de la liberación de nuestros pueblos”. 

Lo saludaban después de: “su victoria ejemplar sobre la tiranía, la corrupción y el vasallaje”, tres características que, paradójicamente, el régimen cubano de los hermanos Castro ha exhibido en grado superlativo durante más de 60 años. La carta terminaba diciendo: “afirmamos que Fidel Castro… continúa siendo una entrañable referencia en lo hondo de nuestra esperanza… “.  Como dirían los cubanos: que clase esperanza, caballeros.

2.     Otro ejemplo podemos encontrarlo en la campaña que nuestros líderes democráticos y venezolanos de gran influencia en la opinión pública llevaron a cabo para ver libre a Hugo Chávez después de su fracasado golpe militar de 1992, acto que representó un ataque al gobierno democrático de Carlos Andrés Pérez y una traición de sus protagonistas al juramento militar de defender la constitución. Desde el primer momento aquella insurgencia en contra de la democracia fue vista con tolerancia por destacados líderes políticos venezolanos. Después de la derrota de los golpistas solo 30 de ellos, un 10% de los de los militares involucrados, fueron enviados a prisión.

El presidente Carlos Andrés Pérez ordenó la libertad de los alzados de menor jerarquía y muchos fueron reinsertados a las filas de la Fuerza Armada. En esa misma fecha se comenzó a proponer en la prensa una amplia amnistía a favor de los implicados en el alzamiento militar y el 30 de marzo se presentó al Congreso Nacional un proyecto de ley de amnistía.

Tres días más, el 2 de abril, se produjo una “marcha del silencio” exigiendo la libertad de los insurgentes.  El 27 de abril el ministro de la Defensa Ochoa Antich visitó a los líderes del golpe y les prometió abogar por su libertad, “siempre y cuando demostraran un sincero arrepentimiento por sus acciones en contra de la institucionalidad”. Ver: https://www.globovision.com/article/andres-velasquez-fermin-y-alvarez-paz-pidieron-en-1993-liberar-a-hugo-chavez. En https://www.researchgate.net/publication/317804492_Rafael_Caldera_1916-2016_Una_biografia_Capitulo_de_la_obra_colectiva_RAFAEL_CALDERA_Estadista_y_Pacificador_Centenario_de_su_Nacimiento_Compilacion_y_prologo_de_R_Arraiz_Lucca_UNIMET_2016 

Se argumenta que  todo  el  mundo  solicitaba  la libertad de Hugo Chávez, incluyendo al expresidente Luis Herrera Campins, el partido “Causa R”, Freddy Muñoz, Jorge Olavarría, el Cardenal Lebrún, Américo Martín y Claudio Fermín, quien pidió total amnistía para los golpistas. Había una amplia corriente de opinión a favor de la liberación de los pocos que no habían sido ya liberados por CAP. De allí que el Presidente Caldera decretase el sobreseimiento de la causa en su contra y hasta les ofreciera empleos. Se dice en la publicación arriba citada  “El Presidente Caldera no fue el artífice de su elección, ni votó por él. Chávez no llegó al gobierno por su causa. Así lo dijo a una ciudadana que a la entrada de una clínica, pretendió enrostrarle la culpa de que Chávez fuese presidente. Le respondió sencillamente: ¿Por qué?, si yo no voté por él”.

Sin duda alguna Caldera no fue el único responsable por la libertad del golpista pero si tuvo en sus manos la decisión. Su compañero de partido por muchos años, Hilarión Cardozo, expresó la idea que los animaba: “La fuerza de la democracia no estriba en mantener en la cárcel a quienes no creen en ella, sino en atraerlos a la vida democrática”. Algo similar expresó Oswaldo Álvarez Paz en carta publicada en El Nacional: “no tengo dudas en cuanto a la rectitud de propósitos que los animó a la aventura del 4-F…. las puertas de la prisión se abrirán para dar rienda suelta a los sueños e ilusiones que los alimentan”

Fueron pocos quienes advirtieron en contra de la conchupancia, entre otros, Luis Piñerúa Ordaz quien  criticó “premiar con la impunidad ese crimen de lesa democracia” y Alfredo Coronil Hartmann, quien acaba de ser apresado por los buitres del chavismo. 

3.       Hoy se nos presenta otro ejemplo de esa falsa actitud de solidaridad en la actitud de un grupo de venezolanos que se han dedicado a negociar con Nicolás Maduro y han terminado de servirle de comparsa indigna. Este grupo integra una especie de versión criolla de un “gobierno de Vichy”, aquel gobierno títere de los nazis durante la segunda guerra mundial, liderado por el general Phillipe Petain y el Primer Ministro Pierre Laval (fusilado).

Este grupo de colaboracionistas criollos aparece en fotos sonriendo y estrechando la mano del payaso asesino. Pretenden jugar un papel importante en lo que llaman un gobierno de transición, una mezcla de arroz con mango diseñada para alimentar la impunidad, el cual estaría integrado por chavistas, maduristas y por miembros del sumiso grupo.

Entre ellos están Claudio Fermín (¡que resistencia!), Henri Falcón, Felipe Mujica, Timoteo Zambrano,un predicador cuyo nombre siempre olvido y algunos otros  en la periferia, quienes sirven de voceros del diálogo y promueven abiertamente las elecciones controladas por Maduro y  otras indecencias.

Es deprimente observar como los sinceros e insinceros llamados a la fraternidad, a la solidaridad, al perdón, invariablemente nos han conducido al desastre. Venezuela es hoy una colonia cubana, en gran parte debido a la adoración que el liderazgo  político venezolano, incluyendo el democrático (CAP) ha tenido por los Castro. La liberación de Hugo Chávez fue un grave error ético y político, así como fue la posterior firma de cheques en blanco que muchos venezolanos le dieron a sus primeros abusos de poder, incluyendo la Constituyente, la eliminación del Congreso, el asalto a PDVSA, la prostitución de la Corte Suprema de justicia y la invasión y exterminación progresiva de PDVSA. Es indudable que la cobardía y el oportunismo jugaron un importante papel en la desintegración de nuestras instituciones llevada a cabo por Chávez desde 1999 en adelante.  

NOTA: Es importante recalcar que no considero que todos los afectados por este síndrome de la falsa solidaridad sean gente torva. Muchos buenos venezolanos han pecado de ingenuos y, lo que es peor, siguen pecando. Otros no son bien intencionados y claramente practican la falsa solidaridad para beneficio personal. Esos son de los peores enemigos de nuestra sociedad.

NOTA DEL EDITOR: Publicación realizada con autorización del autor. Tomado del Blog personal “Las armas del Coronel

Virginia-EEUU

Domingo, 15 de marzo de 2020

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1 comentario en «El falso sentido de solidaridad como agente del desastre»

  1. Excelente artìculo, lastimosamente el venezolanos ademàs de esa avasallante cordialidad y solidaridad, padece igualmente de “memoria corta”…..

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