ENFOQUE LIBERAL – EL CANDIL – AÑO V – N° 237.-
En el ámbito del estudio de la filosofía política, la cuestión entre lo que es moral para una sociedad y lo que no lo es, desde un punto de vista objetivo ―es decir, en consonancia con los hechos de la realidad―, solo puede referirse a la disyuntiva de “libertad vs. estatismo”, la cual, a su vez, se deriva del dilema metafísico “individualismo vs. colectivismo”.
En ese sentido, cuando las alternativas presentes se reducen a propuestas que necesariamente implican mayores o menores cuotas de estatismo, que no es otra cosa que el acaparamiento de funciones por parte del Estado que por su naturaleza no le corresponden (razón por la cual es la alternativa inmoral), el elector realmente no cuenta con opciones que le permitan decidir en favor del país en el que vive, sino en beneficio de los bandos en contienda.
Entonces, ¿qué puede hacerse ante una situación de ese tipo? Dado que una sola persona ni unos pocos pueden generar por sí mismos un cambio a escala nacional, lo más sensato y realista es actuar desde tres flancos:
Por un lado, procurar, en la medida de lo posible, que la opción a elegir sea siempre la más cercana a las ideas de la libertad, teniendo cuidado de que no se trate de un caballo de troya que endulce a sus electores para terminar haciendo lo opuesto luego de llegar al poder.
Por otro lado, fiscalizar permanentemente a la administración entrante, lo cual conlleva elegir a los representantes políticos idóneos para efectuar dicha labor, así como organizarse en comités que se mantengan en constante comunicación con estos y les hagan llegar sus quejas y observaciones.
Y, por último, educar, en todos los niveles posibles, sobre la importancia de las ideas de la libertad para una sociedad que pretende desarrollarse y mejorar la calidad de vida de todos sus integrantes.
Aunque sea lo recomendable, no es imprescindible el que uno haga todo esto, pero, con empezar por una de las acciones descritas, ya se estará haciendo algo en favor de generar un cambio para bien para la sociedad y el país en su conjunto, recordando siempre que las buenas ideas solo pueden causar efectos positivos si son acompañadas por hechos consonantes con las mismas.
La corrupción política
La corrupción política no puede ser erradicada a través de más oficinas gubernamentales mal llamadas “de anticorrupción”.
El origen de la corrupción política no solo viene de la mano de la ausencia de moralidad de parte de los gobernantes, sino también de la cantidad de poder que les es designado.
Un político inmoral no podría poner en jaque la economía de un país si no contara con la cuota de poder necesaria para hacerlo.
Por ello, la solución al problema se halla en la reducción de la estructura gubernamental a través de la eliminación de funciones que no le compete a dicha entidad, las cuales pueden ser fácilmente identificadas en tanto en cuanto no se circunscriban a la administración de la justicia, el orden interno y la seguridad nacional.
Todo lo que no se encuentre en el ámbito de esas tres categorías siempre serán funciones que pueden ser llevadas por el mercado y de formas más eficientes y eficaces.
Enfoque Liberal
Concebido con el objetivo de difundir las ideas liberales en los distintos campos que rigen la vida del hombre, tales como la Economía, la Política, la Ética y la vida en sociedad. Las publicaciones que se realizan en esta página se basan en el conocimiento adquirido del estudio del Liberalismo Clásico, el Objetivismo y la Escuela Austríaca de Economía.