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Crisis candidatural. El golpe del 18 de octubre de 1945

Por Mirela Quero de Trinca

Finalizaba el gobierno del general Isaías Medina Angarita, quien en abril de 1946, entregaría la Presidencia de la República a quien resultara electo en las elecciones de segundo grado que se realizarían en el Congreso Nacional.

Pero el ambiente no estaba tranquilo. Tanto en la opinión pública como en el claustro militar las aguas se agitaban inquietas.

Desde la muerte del dictador Gómez se había producido un despertar en la sociedad venezolana reflejado en las muchas actividades que los partidos políticos realizaban, unido a la libertad de expresión propiciada por el gobierno liberal del presidente Medina. De tal manera que en el mundo civil, el clima era efervescente, agitación que aunque menos visible, también existía en el mundo militar.

En efecto, un grupo de jóvenes oficiales graduados en la Academia Militar de Venezuela y algunos de ellos con cursos realizados en el exterior, influidos por el despertar político que desde 1936 se venía operando en el acontecer nacional, argumentaban la necesidad en que se encuentra el país de renovar sus instituciones y métodos de Gobierno, modernización que también incluía a la institución armada y a su situación personal.

Expresaban su descontento por la permanencia de la vieja estructura gomecista y veían su futuro obstaculizado por la vieja oficialidad “chopo’e piedra”, que desde los tiempos del general Juan Vicente Gómez monopolizaba los altos cargos dentro de las Fuerzas Armadas retardando el ascenso de las nuevas promociones.

Los jóvenes oficiales, que aspiraban a su superación económica y profesional y a la modernización de las Fuerzas Armadas, se habían agrupado en una organización secreta, limitada al ámbito militar y por lo tanto sin influencia en la opinión pública, la Logia “Unión Militar Patriótica” (UMP), en cuyo seno elaboraron un proyecto en el que declaraban sus ideas modernizadoras y democráticas y propiciaban la reforma de la Constitución, la formación de un ejército profesional y la constitución de un gobierno basado en el voto universal, directo y secreto.

            Los propósitos de la joven oficialidad, eran parecidos a los esgrimidos por los jóvenes civiles organizados en el partido Acción Democrática, grupo policlasista de ideología democrática, que militaban en una organización política de amplia presencia nacional y penetración en las masas, con un plan para gobernar, con un presidente intelectual de la talla de Rómulo Gallegos admirado en toda Latinoamérica, y sobre todo, con un líder nacional e internacionalmente reconocido: Rómulo Betancourt.

            Estos dos grupos de civiles y militares, con ideales semejantes, forzosamente tenían que encontrarse. El 6 de junio de 1945 se reunieron en casa del médico Edmundo Fernández, donde los integrantes de la Unión Militar Patriótica (UMP) representados por el mayor Marcos Pérez Jiménez, plantearon a Betancourt y Raúl Leoni el proyecto de la juventud militar, quienes rechazaban por igual a los generales Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita y estaban decididos a dar un golpe de Estado y entregar el nuevo gobierno a un civil.

            Al acercarse el momentoelectoral y a pesar de la experiencia “simbólica” de Rómulo Gallegos como candidato presidencial en 1941, en esta oportunidad, en un esfuerzo por evitar la salida violenta anunciada por los militares de la UMP, Acción Democrática se abstuvo de nombrar candidato propio y apoyó al candidato seleccionado por el presidente Medina Angarita, el entonces embajador de Venezuela en Washington, Diógenes Escalante, con quien Betancourt y Leoni, en representación de AD, se habían entrevistado y obtenido su compromiso de gobernar dos años, sólo el tiempo necesario para establecer las elecciones universales, directas y secretas, tal como lo impulsaba Acción Democrática. De tal manera que, de concretarse el triunfo electoral y la promesa del embajador Escalante, Venezuela tendría elecciones universales en 1948.

Pero, la repentina enfermedad mental de Escalante lo inhabilitó para ejercer la Presidencia fracasando así la necesaria candidatura de transición, que representaba el consenso momentáneo entre el gobierno y la oposición política.

Fracasada la opción Escalante el presidente de Acción Democrática, Rómulo Gallegos, declinó su candidatura y planteó la escogencia de un ciudadano extra partidos que debería ser electo por el Congreso en sus sesiones de 1946, para que presidiera una consulta electoral directa para la elección del presidente de la República.

Sin embargo, esta fórmula fue rechazada por el gobernante Partido Democrático Venezolano (PDV) y por su aliado el Partido Comunista de Venezuela (PCV).

Poco después el presidente, general Medina Angarita designó sucesor a su ministro de Agricultura y Cría, Ángel Biaggini, quien fue proclamado el 30 de septiembre de 1945. Esta vez la escogencia del presidente Medina no contó con el beneplácito del partido Acción Democrática, por tratarse de una candidatura que sólo representaba al sector medinista.

Por otra parte, en el ambiente electoral de entonces y siguiendo la tradición de gobiernos militares desde el inicio de la República, también asomaba con fuerza la candidatura del ex presidente general Eleazar López Contreras, quien contaba con fuerte apoyo en el Congreso Nacional, organismo elector donde con seguridad obtendría más votos que el desconocido dr. Biaggini.

Ambas candidaturas, la del general López Contreras y la del dr. Biaggini, eran rechazadas por la juventud militar y aceleraban el peligro del golpe de estado anunciado.  

Así fue como, ante la falta de solución a la crisis candidatural quedaron abiertas las puertas a la salida extraconstitucional, en la que, con el conocimiento y aprobación de su Partido, Betancourt colabora.

El 18 de octubre de 1945 estalló el golpe militar que derrocó al presidente constitucional, general Isaías Medina Angarita e interrumpió la continuidad del sistema electoral imperante hasta entonces.

Aun cuando el 18 de octubre fue derrocado el presidente Medina Angarita, dicho golpe no se realizó contra el general Medina, como habitualmente se dice, sino contra las estructuras gomecistas enquistadas en el gobierno y en el Congreso Nacional. Lo que se buscaba era cambiar el sistema, no sólo al gobernante.

En realidad, Medina tenía prácticamente vencido su período constitucional y sólo le quedaban seis meses en el ejercicio de la Presidencia de la República, ya que según estipulaba la Constitución reformada en 1945, la elección presidencial debía realizarse dentro de los primeros quince días de sesiones ordinarias del Congreso Nacional que se instalaría el 19 de abril de 1946.

Por lo tanto, el golpe del 18 de octubre, no fue contra el presidente Medina, sino contra el sistema de elección de segundo grado y contra el futuro triunfador de las elecciones de 1946, que parecía ser el general López Contreras, quien además de los votos de los parlamentarios que le apoyaban, contaba con los votos de los diputados gomecistas y de los propios medinistas, algunos de los cuales no apoyaban al candidato Biaggini.

            Luego de un día de lucha, tras la rendición y detención del presidente, general Isaías Medina Angarita, se instaló un gobierno provisional de elementos civiles y militares, la Junta Revolucionaria de Gobierno, integrada por dos oficiales del Ejército, el mayor Carlos Delgado Chalbaud y el capitán Mario Vargas; un ciudadano independiente, el doctor Edmundo Fernández; y cuatro dirigentes del partido Acción Democrática, los doctores Luis Beltrán Prieto Figueroa, Gonzalo Barrios, Raúl Leoni y el señor Rómulo Betancourt quien la presidía.

            Inmediatamente, apenas un mes después, se creó la comisión preparatoria para redactar una Ley Electoral que regiría la elección de los diputados a la Asamblea Nacional Constituyente, y para elaborar un anteproyecto de Constitución Nacional que, discutido y aprobado posteriormente en el seno de dicha Asamblea Constituyente, se convertiría en la nueva Carta Magna de la República: la Constitución de 1947.

Transcurrido un año del gobierno de facto y tal como había prometido, la Junta Revolucionaria de Gobierno, por primera vez desde la creación de la República en 1830, convocó a la primera elección universal, directa y secreta sin restricciones de ningún tipo, que se celebró el 27 de octubre de 1946 para elegir a los 160 diputados integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente, en la que también por primera vez, votaron las mujeres y los analfabetas, quienes constituían un alto porcentaje de la población.                               

Instalada solemnemente el 17 de diciembre de 1946, bajo la presidencia del abogado e intelectual Andrés Eloy Blanco, la Asamblea Nacional Constituyente promulgó el 5 de julio de 1947, una Constitución democrática, de amplias garantías en la que se establecía la elección universal, directa y secreta para la elección del presidente de la República, los miembros del Congreso Nacional y Asambleas Legislativas de los estados; garantizando en igualdad de condiciones, el derecho al sufragio a todos los venezolanos, hombres y mujeres mayores de 18 años, sin distingos económicos, sociales, políticos, religiosos, de sexo o de instrucción.

Monterrey-Mexico

23 de noviembre de 2019

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