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Competencia o Planificación Centralizada

CAMINANTE NO HAY CAMINO – FREDDY RIERA – EL CANDIL – AÑO I – N° 39.

Para esta oportunidad he preparado el resumen del capítulo IV del libro “Camino de Servidumbre”, de Friedrich Hayek, titulado “La inevitabilidad de la planificación”, pero yo le he dado el nombre de “Competencia o Planificación Centralizada”, por considerarlo más apropiado al momento de hoy, pues, como ya lo habrán advertido, este libro fue escrito en el año 1944, en Inglaterra, en un contexto donde la intervención del estado se hacía cada vez más fuerte, y esto lo alejaba del liberalismo y lo arrimaba más al modelo socialista, señales estas que daban avisos tenues del peligro que se veía venir, y que si no se tomaban las previsiones, entonces sería muy tarde para detener el ingreso de Inglaterra en ese pantano, o modelo de planificación centralizada, al mejor estilo socialista. 

No puedo sustraerme de mi época de estudiante de Economía, cuando en las clases de “Macroeconomía” nos hacían ver que el mejor modelo era aquel donde el gobierno, mediante el PLAN DE LA NACIÓN determinaba el curso y destino del país. Claro está, se referían al modelo comunista centralizado. Esa era su característica más poderosa, ya que justificaban la abolición de la propiedad privada y la colectivización de los medios de producción para lograr su cacareada igualdad. Aquello sonaba fabuloso: “Economía Planificada mediante el Plan de la Nación”.

Para aprobar el examen final de esta materia teníamos que desbordarnos en loas al modelo socialista. Era lógico para esos años, que una vía para implantar ese modelo en Venezuela era mediante el apoyo a los partidos socialistas, que para esa época eran el PCV, el MAS, Liga Socialista, el MIR, Bandera Roja y otros, después que sus líderes ex guerrilleros, abandonaran el camino del terrorismo, y se acogieran al programa de pacificación del entonces presidente de Venezuela Rafael Caldera, el artífice de que el comunismo, modelo antagónico del modelo republicano, fuera una opción de gobierno. Así pues, nuestras universidades públicas fueron siempre un centro de adoctrinamiento comunista.

Ahora bien, yo asumía sin ningún tipo de cuestionamientos, que en Venezuela teníamos una democracia como modelo político, y un capitalismo como modelo económico, y que el capitalismo, pero, sobre todo, el imperio americano, eran los causantes del atraso, de la pobreza, y de nuestra condición tercermundista.  Es decir, los comunistas de la universidad culpaban al capitalismo y a los EE. UU. de todos los males que aquejaban a Latinoamérica, y que, debido a eso, éramos países atrasados.

Con el pasar del tiempo, y al analizar y observar en perspectiva, las características del modelo político y económico creados en Venezuela desde 1958, y durante todo el lapso conocido como el período democrático, podemos asegurar que ni era democracia, ni era capitalista. Era el propio socialismo disfrazado de democracia.

No era democracia porque el ciudadano solo elegía al presidente; peor aún, no elegía presidente; elegía a un partido político, quien después, a puerta cerrada, designaban a dedo los gobernadores, senadores, diputados, alcaldes, jefes civiles, policías, y hasta la reina de los carnavales; y tampoco era capitalista porque el modelo económico era totalmente rentista, centralista y monopólico.

Desde el poder central ubicado en la capital de la república se elaboraba el Plan de la Nación mediante el presupuesto nacional. Todas las rentas cobradas por el estado iban a parar al poder central, desde donde se asignaban recursos a cada estado. Lo recaudado por las rentas públicas en cualquier alejado pueblito de la nación, iban a parar al poder central. Por más riqueza que produjera una región, esa región no podía hacer uso totalmente de ella, ya que debía sufragar o compensar a aquellas localidades que no produjeran absolutamente nada. Venezuela se llenó así, de poblados totalmente parias, cuya subsistencia dependía totalmente de los salarios de los empleados públicos (El telégrafo-el correo-el jefe civil- el dispensario médico- el policía- el registrador- los maestros y el partido político).

La Venezuela de hoy, desde 1958, es el mejor ejemplo de los temores de Hayek, ya que es el resultado de décadas de un modelo centralizado monopólico donde el estado usurpa el papel de productor desplazando la competencia, al propio estilo comunista.

El mejor y más significativo ejemplo de mi afirmación anterior, fue la nacionalización de la industria del petróleo por parte de Carlos Andrés Pérez. Esta acción, llevada a cabo por la mayoría del partido Acción Democrática, era también la principal oferta de los partidos comunistas de Venezuela. Esa era la principal oferta de José Vicente Rangel cuando fue el candidato presidencial por el MAS en coalición con el chiripero comunista.

Con esa acción se daba una patada al modelo de competencia, al modelo liberal. Con esta acción se eliminaba la competencia entre las empresas petroleras que operaban en Venezuela, y en adelante, Petróleos de Venezuela (PDVSA), monopolizaba toda la actividad del proceso.

Lo mismo ocurría con el servicio telefónico, donde a través de la CANTV, el estado monopolizaba esta actividad. También tenían el monopolio de la producción de hierro con SIDOR, del aluminio con ALCASA, de la bauxita con BAUXIVEN. No solo participaba el estado como actor económico en estos sectores; también participaba como empresario en los servicios de electricidad, en los sectores hoteleros, de turismo, aviación, ferroviarios y navieros. Es decir, no había sector donde no participara el estado con sus correspondientes cuotas partidistas. La politización de toda la actividad económica y social era una característica muy marcada en Venezuela; que, por demás, también muy propia del sistema comunista.

Ni una sola de esas empresas monopólicas del estado producían ganacias, y no podían hacerlo puesto que el propósito no era económico sino político, y esas empresas improductivas, con malos servicios eran utilizadas con fines proselitistas. La excepción que confirma la regla fue la PDVSA AZUL.

Venezuela, a partir de 1958, inició la ruta hacia el modelo centralizado, y cuando se dio cuenta que habían tomado el camino equivocado, y trataron de corregir, y virar hacia el modelo liberal, descentralizado, de competencia, los populistas o comunistas disfrazados, provocaron un estallido social que desemboco en la destitución del presidente de la república (CAP II), y en la elección de otro populista de marca mayor (Rafael Caldera), impulsor de las políticas sociales más nefastas y nocivas para el modelo liberal que habría conocido nuestra nación, con lo cual, Venezuela retomaría su ruta hacia el socialismo del siglo XXI.

Friedrich Hayek tenía razón.

Naples-Florida-EEUU

16 DE ENERO DE 2020

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1 comentario en «Competencia o Planificación Centralizada»

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