EL ARTE DE COMBINAR EL SI CON EL NO – RICARDO BULMEZ – EL CANDIL – AÑO III – N° 126.
Prólogo. Albani Cordero
La misión de Dios es amar, la del animal es servirse y la del ser humano servir y amar. Si tú no amas, no cuidas de la naturaleza para servirte, ni eres servicial, no eres humano… eres un monstruo. Dios es tu aliado, te ama, te acompaña y te bendice… siempre.
Mateo 22, 34-40.
“En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?”. Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión: Por Ricardo Bulmez.
En el evangelio de hoy los fariseos plantean de nuevo a Jesús uno de los debates más irritantes: el mandamiento más grande. Los judíos siempre afirmaban la multiplicidad de las leyes. Contaban con 248 prescripciones; es más, todos los mandatos de la ley llegaban a 613. Le preguntan a Jesús cuál de éstos es el fundamental… “¡Qué molleja!… -diría Jesús- ¡¿Quieres que me coma el tigre?!… Pónganme preso de una vez”. Para los fariseos, lo único que interesa es observar puras ordenanzas externas. ¡Lo que importa es la bandera y el himno nacional… no la gente! En cambio, Jesús enlaza el amor de Dios y el del prójimo, hasta fusionarlos en uno solo, pero sin renunciar a dar la prioridad al primero, al cual subordina estrechamente el segundo. Toda la ley encuentra su significado y fundamento en el mandamiento del amor.
Es decir, el amor a Dios está en el amor a uno mismo. Así como de la semilla depende todo el árbol completo, del amor a sí mismo depende el amor a la humanidad. De una simiente infecunda no puede salir un árbol hermoso; si alguien no se ama no puede amar a nadie. Dios es nuestra semilla y cada uno de nosotros es la del mundo. Somos imagen de Dios y el mundo es lo que nosotros llevamos dentro; es mi imagen y semejanza.
Toda obra, aunque sea insignificante, produce un resultado… bueno o malo. Todas las buenas acciones, aunque sean pequeñas, hechas con amor son grandes y quitan espacio al mal. Y viceversa…
- ¡¿Y cerveza?!… ¡Jajajajaja!
- ¡¡Dije “y viceversa”!!… ¡¡Boquiabierta!! -ante este boquiabierta me cuesta eso de amar al prójimo.
Si mis acciones impactan más allá de lo que me corresponde, y tienen que ver con la comunidad, el bien se fortalece con más celeridad. Por ejemplo, alguna gestión en beneficio a los niños de la calle. Si el bien se hace grande, el mal se achica. Cada acción que haga a favor de los demás, tiene más fuerza que una acción sólo a mi favor o de los míos. Así el mundo se hace más hermoso. Ahora bien, si esa buena acción es espectacular que beneficie al mundo entero, hace que el mal casi desaparezca.
En el evangelio de hoy aprendí… Cada vez que hagas reír a alguien el mundo es más alegre, porque todavía respira en esta tierra. “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, dice Jesús.
Pensamiento del día… Sí, ésta es la Voluntad de Dios, las tres columnas… Amarlo a Él, al prójimo y a ti mismo. Lo demás es una forma de servicio en el amor… médico, abogado, servidor público, papa, obispo, cura, monja… La voluntad de Dios es: ¡Que lo ame, que ame y que me ame!… “Ama y haz lo que amas”… lo que quieras. Dijo el de Hipona.
Tarea para la casa… La creación no termina cuando salgo de mi casa, ni comienza sólo cuando entro en ella. El mundo es ancho y de todos… no es ajeno. Hoy, reza lentamente el padre nuestro y realiza tres acciones que te beneficien a ti y a alguien más.
rbulmez@cheoloramirezsanchez
Los Teques- Estado Miranda – Venezuela
