“En el interior, los muros estaban cubiertos… con planchas de cedro… allí se construyó el santo de los santos. El cedro había sido esculpido… se levantó un altar de cedro recubierto de oro fino”.
1 Reyes 15-20
Según las ordenanzas impuesta por el décimo Obispo de Venezuela Fray Gonzalo de Angulo en el año de 1623, exclusivamente dirigidos a los pueblos de doctrina, exigía que en los templos doctrineros existiesen retablos e imágenes para el culto religioso de los fieles: “así los indios de el pueblo no an de yr a otra iglesia” (González, 1990). Y que estos objetos de culto les sirviesen a los curas para catequizar y adoctrinar a indios y españoles a la vez.
De allí pues que la modesta iglesia de Pedregal que visitó el Obispo Mariano Martí en el año de 1773, mantuviese esos principios de la ya mencionada ordenanza. Ya que según el inventario del Obispo Martí mencionó que en la iglesia: “hay tres altares con el mayor” (Martí, 1987). Lamentablemente no especificó la ubicación, la tipología, cuantos cuerpos tenían cada uno y cuantas imágenes expuestas.
Por normas eclesiásticas universales como el Concilio de Trento (1545- 1563), el retablo mayor siempre estaba en el presbiterio, como lo pedía también el Obispo Angulo en sus ordenanzas. Este debió ser más alto y con mayor decoración; y los otros dos: el de la epístola y evangelio, en las paredes laterales del templo, quizás de menor trabajo y de un solo cuerpo, cada uno con sus imágenes (Gilson, 2016). Tampoco se describe que dichos altares tenían cofradías u obraspias, pues existían españoles en el pueblo y asistían a los actos religiosos, pero si especifica que la renta lo administraba el cura de la misma Br. Don Pedro Antonio Coronel Uterre (Fuguet, 2005).
Es de obligación que el retablo principal debería ir la imagen del patrono en un nicho central de mayor altura, y a cada lado de él, un nicho con los santos más allegados a la comunidad todos de madera. Quizás, eran retablos o altares simples de cedro sin mucha ornamentación ni hojillado (Gilson, 2018). Nos llama la atención, que el prelado, ni su secretario- notario no le dio importancia a estas obras de arte y por tal razón no lo tomaron en cuenta en su inventario. Pareciera que dichos objetos fueron destruidos junto con el templo, ya que en el Museo Arquidiocesano de Coro “Mons. Lucas Guillermo Castillo”, en su inventario no existen tales bienes.
Bibliografía consultada
Fuguet, Ángel (2005) Pedregal: Su génesis, sus catequistas y su templo centenario. Impresiones Maye. Coro.
Gilson R, Nohé G. (2016) La retablística Religiosa Coriana. El recuerdo de un ayer, la mirada desde un hoy. Fundación Koinonía. Coro.
Gilson R, Nohé G. (2018a) El Lenguaje Artístico Hermenéutico. Modelo didáctico Iconográfico para el Museo Arquidiocesano de Coro. Fondo editorial UNEFM. Coro.
González, Carlos (1990) Las iglesias en los antiguos pueblos de Falcón. Ponencia presentada en las IV Jornadas de FE y CULTURA. Coro.
Martí, Mariano (1987) Documentos relativos a su visita Pastoral de la Diócesis de Caracas (1771-1784) tomo IV. Inventarios. Caracas.
Dr. Nohé Gonzalo Gilson Reaño.
Docente investigador de la UNEFM
Coro-Estado Falcón-Venezuela
Sábado, 4 de abril 2020
